De norte a sur, de este a oeste, la Comunidad Valenciana es rica en patrimonio, cultura, tradición…En el interior y en la costa es bella. Y el carácter emprendedor y luchador de los valencianos a lo largo de la historia es indiscutible. Por eso, la mayoría estamos orgullosos de la “terreta”. La sentimos, la vivimos y nos emociona.
Sin embargo, las dos décadas ominosas protagonizadas por el PP nos han llevado a unas cotas de corrupción y de despilfarro, que nos ha hecho incluso dudar de nuestras posibilidades. Aquí la “terreta” nos dolía. Hemos vivido una crisis profunda de la que está siendo difícil salir. El dúo Pimpinela no ayuda mucho, la verdad.
Pensábamos que un cambio era necesario y en ese sentido votó la ciudadanía en mayo de 2015. La Comunitat merecía otro tipo de gobernantes para salir de la crisis y limpiar nuestra imagen. Guiados por las ansias de superar la etapa del PP, muchos se dejaron llevar por la euforia y creyeron que los que habían llegado, PSPV y Compromís, cumplirían sus promesas de regeneración.
Error. Cuatro años después poco ha variado. Las bolsas de la diputación han cambiado de color, Imelsa ahora se llama Divalterra, el conseller de Educación acumula 40 sentencias en su contra, el gasto de las empresas públicas ha aumentado un 32%,…Sí, esto ha cambiado.
No obstante, lamentablemente, seguimos con los mismos problemas. Sin crear empleo decalidad, sin reducir las listas de espera, sin acabar con los barracones,…Continuamos sin mejorar la vida de los valencianos.
En vez de centrase en políticas pensadas para todos, se han dedicado a promover las que exclusivamente esperan sus votantes ¿Cómo pueden defender una política que los tribunales lestumban una y otra vez? ¿No se dan cuenta? No es una cuestión de ideología, lo es de sensatez.La línea continuista de velar por sus intereses por encima de los de los valencianos que el matrimonio de conveniencia Puig-Oltra ha llevado a cabo nos ha hecho perder un tiempo valioso para impulsar la economía y el bienestar de la Comunidad.
Por fin esto se va acabar. El 28 de abril acabaremos este decepcionante capítulo titulado El Botànic. El próximo se escribirá con letras naranjas. La Comunidad Valenciana necesita pasar página.