Tras los últimos acontecimientos vividos en la política valenciana, me viene a la memoria la sintonía de una mítica serie de los años ochenta que seguro muchos lectores recordaran, se trata de “Los problemas crecen”.
La serie narraba las desavenencias, reencuentros y entresijos de una familia dispar alternando momentos de comedia y cómo no, de drama televisivo. Algo similar a lo que los valencianos y las valencianas hemos vivido con la familia botánica en el último mes.
Ximo Puig y Mónica Oltra han protagonizado un sainete de desamor, intereses cruzados, comedia del absurdo y una calma tensa con sonrisas forzadas para salir bien en las fotos preelectorales.
Por si el adelanto electoral y sus consecuencias para los socios del Botànic no fueran suficientes, en el ámbito judicial los problemas crecen para socialistas y Compromís. En este caso sería más correcto señalar que las imputaciones crecen.
Y ante este panorama tanto el president de la Generalitat y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, como la líder de Compromís, Mónica Oltra dan cobertura a sus presuntos corruptos mientras se acumulan las imputaciones.
Aquellas recetas que exigían con contundencia para los demás se han quedado olvidadas en un cajón. Los que se rasgaban vestiduras y estrenaban camisetas cada semana han demostrado ahora que todo aquello era una pose para acoso y derribo del adversario político.
Los partidos que clamaban pulcritud e higiene democrática tiran de desmemoria e incoherencia para blanquear sus propios casos de corrupción.
Conceptos esenciales en democracia como la prudencia o la presunción de inocencia que estaban vetadas para los adversarios ahora son esgrimidos por aquellos que acusaban sin tregua a todos y por todo.
Socialistas y Compromís cuatro años después de gobernar en las instituciones no sólo son incapaces de tomar medidas firmes contra Xavier Rius, Isabel García o el anteriormente detenido e imputado Jorge Rodríguez en la operación Alquería, es que además los ensalzan en sus listas electorales.
Los valencianos asistimos al engaño constante de estas dos formaciones que han perdido de nuevo la oportunidad de demostrar con hechos sus palabras acerca de tomar medidas firmes frente a hechos presuntamente delictivos.
Produce sonrojo escuchar a Ximo Puig y Mónica Oltra hablar de recuperar la hipoteca reputacional cuando su propios partidos acumulan nueve imputaciones entre la Operación Alquería que provocó la dimisión de Jorge Rodríguez, las dos imputaciones de Xavier Rius y ahora la de la diputada de Deportes, Isabel García, todas ellas por su gestión en la Diputación de Valencia y tras denuncias presentadas por el Partido Popular.
Unas graves irregularidades que el grupo popular de la institución provincialha denunciado constantemente ante la justicia y no hacen más que confirmar que en la Diputación de Valencia ha existido durante estos casi cuatro años de gobierno de PSPV, Compromís, Podemos y Esquerra Unida un modus operandi para beneficiar a amigos y compañeros de partido.
“Los problemas crecen”, como cualquier sitcom americana acababa siempre con final feliz. Nos quedan poco más de dos meses por delante para comprobar que felizmente para los valencianos y las valencianas “El pacte del Botànic” no va más allá de ser un episodio piloto y guardarse en el cajón.