Llegas a la estación de Atocha desde Valencia, camino de un pleno en el Senado, y te encuentras con una campaña publicitaria de la empresa que ayuda en la búsqueda de trabajo. Lees: ”Nadie sabe ver un perfil como nosotros”. Añade que los algoritmos te dirán en qué puedes trabajar y que la técnica del big data, que es un conjunto de datos en donde se hallan inmersos los algoritmos moviéndose por esa cantidad ingente de datos para hacer o conseguir algo, es clave en la conformación del mercado laboral y, por consiguiente, en sus recursos humanos. Esta técnica va a decir quién encaja mejor en un puesto de trabajo. Es posible que un algoritmo, en la selección para un puesto de trabajo, excluya a una parte de la población. Puede darse el caso de que solo busque un hombre blanco de 30 años y con experiencia. No más, al resto lo excluimos. Supone desperdiciar el talento de quien no se encuentra en los parámetros que determina tal algoritmo. La desigualdad se cronifica vía algoritmos y big data.
Unos algoritmos nos gobiernan, nos guían y nos dicen cómo ser según lo que veamos/leamos/pinchemos. Si eres pobre, verás cosas para pobres: las últimas ofertas a precio de saldo, el low cost; además te intentarán convencer con un relato ligero y digerible de la ultraderecha que vende un producto. Ellos invierten un dineral en las redes sociales, lanzan mensajes de “te entendemos y vamos a darte lo que quieres. Te queremos ignorante y sin capacidad de autocrítica. La violencia contra el diferente hará mejor a nuestro país”. Ese es el discurso simple y sin propuesta de partidos como VOX, cuyo último objetivo es despolitizar al pueblo. Internet es el lugar donde se dirimirá la batalla entre lo bueno y lo malo, entre el mal gobierno y el buen gobierno, entre la mala y la buena política. Todavía sigue existiendo una forma de hacer política como la que ocurre en las películas apocalípticas a lo Resident evil y la Corporación Umbrella que quiere controlar el mundo a su imagen y semejanza, como Dios. Esto hace necesario relacionar dos conceptos claves: feminismo y algoritmos. No podemos desentendernos del futuro, necesitamos más mujeres feministas expertas en Big Data y tecnologías 4.0.Es más necesaria que nunca la feminización del big data para un uso responsable de las nuevas tecnologías y ponerlas al servicio del bien común. Está claro que, si sigue bajo el control de unos pocos, el big data seguirá utilizándose para perpetuar sus intereses y privilegios.
El bipartidismo ayudaba a ese dulce sueño que mantuvo adormecido el virus del franquismo, pero seguía latente en quienes imaginan otro país más violento, más desigual, menos fraterno y más conflictivo. La ruptura de la cohesión social se avecina con los últimos discursos de la ultraderecha, ahora divididos en tres partidos, pero en el fondo tan unidos como siempre. No creo que debamos combatir su relato, ir detrás a contracorriente, no. Así no. Hay que tomar la iniciativa y marcar nosotras el camino del país que queremos construir y eso va unido a un proyecto, que lo tenemos, pero no hablamos de él como quisiéramos. Y a todo ello ayudará, y mucho, los feminismos y… los algoritmos feminizados.
Llega la guerra de los algoritmos y parece que nos marcará cómo ser, qué elegir e incluso nos llegará a sugerir qué país debemos ser. Nos jugamos mucho en las redes sociales, y por ello tenemos que empezar por feminizar estos espacios tan desconocidos y opacos como son los algoritmos. Que ninguna fuerza oscura dirija el destino de la humanidad, ni determine cómo tenemos que ser. Con todo ello creo que ha llegado el momento en que los feminismos afronten el reto del big data como un elemento de debate y construcción. Apoderémonos de estas herramientasde influencia y reconvirtamos éstas en algo que nos permita despatriarcalizar lo que nos dirige en nuestra cotidianidad.
@pilar_lima Secretaría de Sociedad Civil y Movimiento Popular. Senadora por Podem PV.