El verano de Montserrat

El club de la Ribera Alta se proclama campeón del autonómico de galotxa - Trofeo El Corte Inglés con todos los jugadores del equipo nacidos en el pueblo

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El club de Montserrat celebra la victoria en la cancha de Alfarp - CPV Montserrat
El club de Montserrat celebra la victoria en la cancha de Alfarp - CPV Montserrat

El que aquí escribe no puede ser del todo imparcial. Y no pretende serlo. Porque, a pesar de no haber vivido nunca en el pueblo de sus abuelos, de su madre y de sus amigos, el que aquí escribe ha conocido el verano de Montserrat. Ha conocido estos calurosos días de julio, con sus tardes infinitas y sus improvisadas y refrescantes tertulias vecinales al anochecer. Ha conocido este aire en el cual flotan las ilusiones de unas vacaciones por comenzar. Ha conocido la huella de las generaciones, el peso de la memoria y la herencia marcada en cada calle en fiestas. Ha conocido Montserrat como si fuera su pueblo.

Por eso, el que aquí escribe, de ninguna de las maneras, puede ser imparcial. Lo único que puede hacer es intentar ser honesto con el club de pilota de Montserrat, flamante campeón de la primera categoría de calle del Campeonato Autonómico de Galotxa Trofeo El Corte Inglés. Y eso, probablemente, implica poner en valor lo que ocurrió el pasado sábado en la calle de pilota de Alfarp "Conrado Casanova". En una cancha renovada para la ocasión y ante la expectación habitual de una gran final, Alejandro, Javier, Besó, Carlos y Rafa protagonizaron una impecable e implacable victoria contra Quart de les Valls (70-15). Un triunfo con el cual se redondea una trayectoria formidable en la máxima categoría de la galotxa (nueve victorias en diez partidas). Un resultado que permite al club de la Ribera Alta recuperar el ansiado título de campeón absoluto de la modalidad ocho años (y dos final) después. El premio al trabajo bien hecho y al sacrificio en los momentos más duros, cuando el frío y el silencio del invierno mantienen demasiado lejos la dulzura cálida de las finales. Cuando más pesa la pilota y más agotadores son los quinzes

Ahora bien, ser honesto con el club de pilota de Montserrat también pide repasar el camino recorrido durante los últimos años hasta aquí, hasta la alegría total de la victoria. Un viaje repleto de revueltas y encrucijadas en el cual han sido vitales las decisiones de la directiva del club, pilotada por Fede Oliva. Con él al volante y un grupo de fieles alimentando el motor de la entidad, el rumbo trazado ha puesto a la escuela, los jugadores de la casa y el futuro de la pilota en Montserrat siempre en el centro. Siempre. Más que una decisión ha sido una apuesta. Sin dudas ni temores. Y con esa dirección dibujada sobre el mapa, después del autonómico de 2015 en Faura (también contra Quart de les Valls en la final), Montserrat optó para dejar de acometre fichajes y regalar todo el protagonismo a los pelotaris del pueblo, a los juveniles que venían reclamando su oportunidad y prometían una regeneración que tenía que asegurar el porvenir del club.

Pero, esto que ahora es tan sencillo de escribir y de contar, fue bastante más complicado de conseguir. Durante años, Montserrat realizó muchos esfuerzos para seguir compitiendo en primera categoría del autonómico. Sin pelotaris con el nivel ni la edad para luchar por el título, el club de la Vall dels Alcalans echó mano de sus veteranos y de todos los recursos disponibles para mantenerse en la máxima categoría de la galotxa. La finalidad de aquella lección de resistencia no era otra que permitir a los juveniles enfrentarse a los otros equipos juveniles de primera y, de esta manera, mejorar su rendimiento. Una inversión a largo plazo y sin garantías. Fue en aquellas tardes donde los mayores perdían y los jóvenes aprendían donde se empezó a construir el título del el pasado sábado en Alfarp.

Porque de aquella filosofía, de aquella apuesta por el futuro, de aquella generosidad intergeneracional brotaron de la cantera del club jugadores cómo Marc Gimeno, Óscar Besó, Javier Campos y Carlos Salmerón. Aunque con algunos años de diferencia entre ellos, es trata de la hornada de pilotaris que han firmado en estos últimos tiempos algunas de las páginas más doradas de la pelota en Montserrat, honrando las figuras y las leyendas que los han precedido.

Aún así, en un club como el de Montserrat, llegar no es suficiente. Después del triunfo en 2015 y de la irrefrenable marcha de Marco al trinquete profesional, Óscar, Javier y Carlos, con la veterania de Rafa en la ferida han seguido y perseguido la victoria en el autonómico de todas las maneras posibles. Mientras lo hacían, en los últimos ocho años han caído de forma dolorosa, repentina y a veces desafortunada en semifinales y en finales, han sufrido los nervios de los aprendices, las remontadas en contra propias de los inexpertos y, sobre todo, han soportado la amargura de las dudas que acompañan a la derrota. Una cosa es competir, y otra es ganar. ¿De verdad estaban los jugadores de Montserrat preparados para conquistar El Corte Inglés?

Puede ser, uno de los factores determinantes para el triunfo de este año tiene nombre y apellidos. Y no unos cualquiera: Alejandro Gil Sanjuan. Con 18 años (el 3 de agosto hará 19), Alejandro es la última perla de la escuela del club. Otro de los jóvenes fruto del trabajo de los mayores. Sus facultades, sus poderes, perfilan en la cancha la figura de un extraordinario pilotari (según las voces entendidas), con un futuro que ya es casi presente. Con su juego, inconmensurable desde el fondo de la pista, Javier Campos y Óscar Besó se quitaron de encima la losa que arrastraban desde hacía algunas finales, al igual que Carlos. Juntos las han visto de todos los colores, juntos han llorado las derrotas, y ahora juntos, con Alejandro, se merecen saborear la victoria. De ahí nace la emoción que los sacudió después del último quince.

Alejandro, además, encarna con su trayectoria la filosofía del club de Montserrat. Es el ejemplo que demuestra que el camino proyectado ha llegado a su destino. Porque, el sábado, mientras su brazo cargaba con fuerza para convertir quinzes en la gran final de la galotxa, su padre, Jesús, lo animaba a pie de canxa. Es el mismo Jesús que, ahora hace 18 años, fue la resto titular de Montserrat en la final de 2005. Con él en el equipo, acompañado por Víctor, Fede y Rafa, Montserrat consiguió su segundo título del Corte Inglés al derrotar Godelleta en la calle de Meliana (70-35). Montserrat recuperaba la corona de la galotxa (la había ganado 1983, con Marcial, Rafa Ortiz y Amador). Alejandro era un bebé de once meses.

El triunfo de Montserrat, más que el sexto campeonato autònòmic de galotxa, son los 200 socios del club y los 30 niños y niñas de la escuela. El triunfo de Montserrat, más que otro El Corte Inglés en las vitrinas, son los aficionados y aficionadas que el sábado acompañaron a los jugadores en la calle de pelota de Alfarp. Es la mirada de Marcial, leyenda, padre y abuelo de pilotaris del club, emocionada. Es reforzar y premiar a los juveniles. Es cuidar la pilota femenina. Es el trabajo de los monitores, las ganas de los jugadores y los dolores de cabeza de los directivos. Es mantener la apuesta, la inversión, el pacto intergeneracional de un pueblo que aprecia la pilota y de un club que mira hacia el futuro con ilusión. Como un verano, como unas vacaciones por comenzar.

En estos calurosos días de julio, el que aquí escribe sólo ha intentado ser honesto, no ha podido ser imparcial.

 

 

 

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