L'Alqueria Blanca tiene la culpa. Fue gracias a uno de los capítulos de la mítica serie de la televisión valenciana que Iván Esparza (21 años, Ontinyent) descubrió el trinquet, la pilota. Era sólo un niño, pero tuvo suficiente como para decidir que él seria pilotari. Y pocas cosas hay que Iván se proponga que no acabe por cumplir. Hoy, convertido en un resto contrastado del raspall profesional, ultima la preparación para las semifinales de la Liga CaixaBank, las primeras que juega. Mañana, en el trinquet de Piles (18.30 h.), con la compañía de Murcianet y Ricardet, se enfrentará al trío de Ian, Tonet IV y Bossio en la ida de esta igualada eliminatoria. La semana próxima, al Genovés, se disputará la vuelta. Sólo uno de los dos equipos entrará en la final del 23 de abril en la Llosa de Ranes. Iván se ha propuesto hacerlo, está por ver si esto también podrá cumplirlo.
¿Cómo se prepara una semifinal de la Liga CaixaBank de raspall?
Se prepara teniendo los días muy marcados. Esta semana es más un tema de soltar el cuerpo, de tener buenas sensaciones y tener la cabeza en la partida, más que de apretar físicamente. Se tiene que apretar en las semanas de antes de jugar la Liga, o cuando ves que vienen las semifinales. Ahora, personalmente, siempre intento aprovechar el primer día de la semana para soltar con el fisio, después hago poco de fuerza, al siguiente día hago un trabajo más tranquilo, y el día antes entreno en el trinquet. Después, a jugar.
¿Y cómo se prepara una semifinal de la Liga CaixaBank contra Tonet IV?
Lo tienes que preparar cómo si jugaras contra cualquiera otro jugador, pero sabiendo que Tonet IV no es cualquiera otro jugador. Me explico. Tienes que ir a jugar 'a tope', sin pensar que es el número uno, porque, si no, ya es presión y nervios que te estás poniendo tú solo. Él es un jugador, como otro, con unas capacidades y unas calidades muy buenas, pero el trabajo es el mismo que contra otro jugador. Es decir, tienes que buscar el fallo, el punto débil, buscar que juegue incómodo. En este aspecto sí que estoy incidiendo más con Murcianet, porque es el jugador con menos experiencia. Entre todos tenemos que evitar que el hecho de que esté Tonet IV le afecte. Ese trabajo también es importante. Hay que preparar la partida a sabiendas de que, si no estamos al cien por cien, nos va a hacer sufrir. También es cierto que estamos con más ganas y más ilusión por el reto de ganar al número uno.
Este 'parón' de la Liga CaixaBank debido al Mundial de Pilota, ¿os ha venido bien o mal?
Personalmente, me ha venido muy bien. Creo que a mis compañeros también. Es crucial diferenciar una partida de Liga regular y una de semifinales. El 'parón' nos ha servido para recuperar y desconectar, para coger fuerzas y centrarnos en estas dos partidas que son finales. Esta libertad nos ha venido bien también para recuperar a nivel físico y mental. Llegamos renovados a las semifinales, después que sea lo que tenga que ser.
Piles y Genovés. ¿Influyen de manera decisiva los trinquets de las dos partidas?
Teníamos claro que, tocara el que nos tocara, el trabajo teníamos que hacerlo igual. Quizás, por mis características de juego, no habríamos elegido Genovés, pero no pensamos que sea un trinquet determinante en el que no podemos ganar. Pueden ser dos trinquets bastante imparciales. Igual Genovés les beneficia más a ellos, porque Tonet IV y Bossio son de allí, pero creo que las tres líneas del equipo están muy compensadas y podemos aportar muchas cosas.
Tienes 21 para 22 años, es tu segunda Liga y te toca ser el líder del equipo en tus primeras semifinales. ¿Esto cómo se entrena?
Se entrena sin entrenarlo. Tiene que salir de uno mismo la madera de líder para saber llevar un equipo. Hay muchas formas de liderar. En mi caso, siento que tengo esa responsabilidad, ese peso en el equipo, pero no creo que por eso sea mejor, ni que tenga que mandar a nadie. Mis compañeros tienen que hacer lo que piensan. La sintonía que tenemos los tres es muy buena, me hacen mucho caso y se genera mucha confianza, en ellos y en mí. Es la base para un equipo. También viene dado todo por la confianza que vengo arrastrando desde un periodo largo de tiempo. Desde que gané la Copa de 2021. Después vino el Masymas, la Llosa, el mano a mano… Te vas encontrando bien y tus compañeros lo ven y confían en ti. Esto te ayuda a crecer en situaciones complicadas, en partidas que se posan cuesta arriba. Esa confianza hay que aprovecharla para coger la responsabilidad y trabajar juntos en la cancha.
En las partidas se te ve siempre muy concentrado…
Dentro del trinquet soy muy tranquilo. No soy de ponerme nervioso si las cosas no van bien o los resultados van en contra. Creo que es una virtud, porque me hace estar concentrado y no salirme de la partida. Es un punto de mi carácter en el trinquet que me favorece. Me dicen que soy muy serio jugando, que estoy muy callado, pero después, cuando me conocen ven que es todo lo contrario, que siempre estoy en broma y 'jaleando'. Son dos personalidades, no dos caras. En el trinquet soy muy exigente y sé cuáles son mis capacidades y todo lo que puedo dar. De hecho, a veces gano pero no me voy contento a casa.
¿Estás mejor que nunca?
Creo que sí. Ahora, por el tiempo que llevo encontrándome bien, por la regularidad, diría que sí. El mano a mano fue un punto de inflexión por las sensaciones que tuve. Fue el que me ha hecho empezar la Liga pensando que todo pasaba por mí, que si acoplábamos bien el equipo podíamos hacer cosas importantes. El objetivo es la Liga y después ir a por el Individual, que es el principal reto que tengo.
En cambio, no hace mucho, pensaste al abandonar la carrera para ser pelotari profesional. ¿Qué pasó?
Fue en la Copa de 2020. Fue un momento complicado. Hacía un tiempo, dos o tres meses, que no perdía ninguna partida. Catorce o quince victorias seguidas contra jugadores de entidad, como Marrahí, Moltó, Ian... En competiciones anteriores no había estado y esperaba mi oportunidad, con ganas de que, si entraba en la Copa, lo explotaría todo. La gente también lo comentaba y, aunque quería aislarme, lo escuchaba en el trinquet. Se generó la expectativa de que iba a entrar en la Copa. Pero, llegó la selección de equipos y no estaba. Coincidió también que Ontinyent estaba de patrocinador del torneo. Tuve un sentimiento de decir: '¿qué tengo que hacer para entrar?'. Me calenté la cabeza, porque si ganando partidas no servía, nunca iban a darme la oportunidad que esperaba. Hablé con mi preparador, con mis padres, la familia… Todos me dijeron que me apoyarían. Finalmente, decidí que la mejor opción no era retirarse, sino hablar en el trinquet y demostrar que podía estar ahí. En la Copa de 2021 debuté y, ahí sí, explotó todo. La gané y fue una satisfacción máxima.
Es la parte mala del hecho que seáis muchos restos jóvenes, y con nivel, en el raspall. ¿La parte buena es que os obliga a no bajar el nivel?
De mitgers vamos cortos, faltan mitgers y se buscan jugadores para cubrir equipos. Pero, hoy en día, la posición del resto está muy complicada porque hay muchos jugadores. Miras las ristras y es complicado seleccionar o decir quienes no está bien. Hay muchos que pueden cumplir. Ahí está, por ejemplo, Badenes. Puede no ser titularísimo en las competiciones oficiales, pero cuando entra rinde como el que más. O Ximo de Castelló de Rugat. Cualquier resto de hoy en día puede hacer una gran partida. Esto te ayuda a no relajarte.
En Ontinyent se ha reavivado la pilota desde que estás jugando como profesional. ¿Te pondrán una calle?
Sí que se ha notado. La escuela de niños va creciendo cada año, ahora tenemos unos 35 alumnos (Iván es monitor de la escuela, junto con Jordi Naya y Mario Calatayud). A las partidas en Ontinyent viene mucha gente y eso es de agradecer. Y lo noto, sobre todo, con la gente joven. Me ven por la calle y me saludan. Son cosas que te hacen ver que hay un impacto en una ciudad en la cual la pilota no es el primer deporte del cual se habla. Esperamos que vaya a más. Ahora, hasta que no sea campeón Individual no quiero homenajes. Llegar a ese momento sí que sería tocar el cielo.
Ganar el Individual. ¿Lo tienes en la cabeza?
Es el objetivo principal, sin desmerecer el resto de campeonatos. Soy muy competitivo y quiero ganarlo todo, pero el Individual es el objetivo principal. Es la modalidad que más disfruto, y a esto se suma que es un premio a todo el trabajo que hay por detrás, a todo el que no se ve. Conseguir ese título sería lo máximo. Sé que no tengo que obsesionarme, porque cuesta mucho ganar y el actual número uno no es cualquier cosa, tiene muchas cualidades, cómo otros muchos jugadores.