El contraste es tan potente como inexplicable. Mientras en las últimas temporadas la afición de la escala i corda celebra el alud de jóvenes restos con talento y maneras, la posición de mitger de la misma modalidad parece bloqueada, congelada, sin que se adivine un relevo generacional claro. Porque si bien es cierto que en las últimas competiciones han surgido algunos pilotaris preparados para presentar su candidatura a hacerse un lugar entre los mejores, también lo es que parece una oferta insuficiente para toda la demanda que hay. Una situación que, con el paso del tiempo, de los años, se mantiene.
Las causas pueden ser muchas y variadas, pero los números son los que son. La edad no engaña y como muestra, la calculadora. Si nos fijamos en la pasada Liga de escala i corda, la gran competición por equipos de la temporada, y nos marcamos como referencia su fecha de inicio, el 3 de marzo, se observa con claridad el envejecimiento constante de los meitgers respecto a los pilotaris en la posición de resto. En este caso, los siete mitgers titulares de la Liga (Nacho, Álvaro, Pere, Javi, Tomás II, Jesús y Santi) suman una edad media de 34,7 años. En este punto, como curiosidad, el más mayor que inició el campeonato fue Jesús, con 40 años cumplidos, seguido de Javi, con 39. Por el contrario, el más joven fue Álvaro, con 24. Sólo el de Massalfassar, que acabó siendo campeón, bajaba de los 33 años. Para acabarlo de adobar, el mitger suplente que participó en un puñado de partidas de la Liga fue Salva, un consagrado mitger que en diciembre cumplirá 45 años, aunque se encuentra en una forma física envidiable.
Con esos guarismos, hay que mirar al futuro. Y el futuro está en la punta, porque la ley natural señala que el relevo de los mitgers está en los punters. De hecho, tanto es así que los punters de la Liga han sido los mitgers de la Liga 2, como oportunidad para reivindicarse o demostrar que están al nivel. O sea, que los punters de hoy, al menos una parte, tendrían que ser los mitgers de mañana. Así ha pasado en esta última época con jugadores cómo Nacho, Tomás II y, más recientemente, Álvaro. Por lo tanto, la esperanza está a tocar la cuerda. Sin embargo, los números tampoco son demasiado alentadores en esta posición. Los siete punteros titulares de la Liga (Guillermo, Hilari, Monrabal II, Conillet, Bueno, Héctor y Carlos) representan una edad media de casi 30 años (29,9 para ser exactos) en el momento de empezar el torneo. Entre ellos, Héctor, con 36, es lo más mayor, mientras que Hilari, con 22, es el más joven. Él es el único menor de 27 años. El de Beniparrell es la excepción que confirma la regla.
En resumidas cuentas, la cifra de los punters, los mitgers del futuro, es todavía más sorprendente y preocupante si se compara con la edad de los restos de la Liga. Los siete restos titulares (Puchol II, José Salvador, Marc, Giner, Francés, Pere Roc II y De la Vega) presentan una edad media de 26,6 años. De hecho, el jugador más veterano en esta posición es Puchol II con 31 años y los más jóvenes son De la Vega, Giner y José Salvador, con 24 cuando empezó la Liga. Y es que, al contrario de lo que pasa con los mitgers, en esta posición, el de resto, todo son buenas noticias. La competitividad es máxima y el futuro parece más que garantizado. Hay mucha juventud y talento con un relevo prácticamente ligado y confirmado porque lo que viene por detrás (o por delante, según se mire) no afloja. Las siete restos de la Liga 2 (Mario, Julio Palau, Carlos Donat, Adrián II, Pablo de Borriol, Diego de Onda y Héctor de Sueca) suman una media de 22,6 años. Son, prácticamente, juveniles. El más joven de los siete es Diego, con 19 años cuando se inició la competición. Ninguno de los otros supera los 23, excepto Pablo de Borriol, con 29, un jugador que ha decidido volver al trinquet después de mucho tiempo parado por lesión.
Pero es que, además, fuera de la Liga 2 se quedaron por diferentes circunstancias pilotaris cómo Salva Palau (suplente en la Liga), con 24 años, y Alejandro de Montserrat, con 18, habituales ahora para ahora en las partidas del día a día. Cómo ellos, Vicent de Vinalesa, Abel o Capellino, entre otros, aseguran cantidad y calidad en el trinquete del futuro.
En el caso de los mitgers, las apariciones de los más jóvenes en las segundas partidas del día a día es más escasa. Pelotaris cómo Javier Campos, Guillem Palau, Marc, Efrén, Álvaro Mañas, Muedra II y Morret, los punteros de la Liga 2, no están teniendo la regularidad deseada en las partidas diarias, cosa que los mantiene lejos, de momento, de las grandes competiciones. De esta manera, el escalón entre los mitgers de la Liga y ellos es todavía muy grande.
Con un presumible cambio de ciclo en la gestión profesional a partir de 2024, la escala i corda se encuentra ante un reto generacional complicado de resolver. Mientras el talento y la juventud brota sin cesar entre las restos, los grandes mitgers de las últimas décadas, las grandes figuras cómo Javi, Jesús, Santi... encaran la recta final hacia la cuarentena sin un relevo claro. Excepto jugadores cómo Álvaro, Hilari, Conillet o Guillermo, el resto de aspirantes a la sucesión ya han pasado la frontera de los 30 sin demasiadas oportunidades, mientras que los más jóvenes a duras penas tienen partidas de nivel. La sequía de mitgers amenaza el trinquet. Los mitgers buscan herederos.