El último escalón, el último cerrojo de la última puerta, el último paso en el largo y complejo camino hacia la élite del trinquet. Una oportunidad. Eso es, nada más y nada menos, lo que supone la Liga 2 de escala i corda para la mayoría de los jugadores que compiten en ella. Esta tarde, a partir de las 17.30 h., seis de esos pilotaris se encontrarán sobre las losas de la cancha de Vilamarxant en la gran final del torneo, la lucha decisiva por un campeonato que, más que un título, es una reivindicación.
La finalíssima de hoy reúne los, sin duda, dos equipos más regulares de la competición. Por un lado, con la faja roja, el trío de Mario, Héctor y Javier Campos. Líderes de la fase regular con solo una derrota en siete partidas y más que solventes semifinalistas con victorias en Borriol y Vila-real. Del otra, de azul, Julio Palau, Carlos y Guillem Palau. Trío de máxima fiabilidad en la liguilla (también sufrió sólo una derrota) y contundencia en las semifinales en la Pobla de Vallbona y Pelayo. Dos equipos sólidos, consistentes, con una manera de jugar diferente y atractiva. Un contraste deportivo que significa garantía de espectáculo para el aficionado en una partida que será retransmitida por la televisión de À Punt.
En el equipo rojo, destaca el papel de Mario Casades, de Riba-roja. Ya hace meses que el joven resto ha dado un paso adelante en el trinquet y, después de ser finalista de la Copa 2, tiene hambre de partidas importantes en el circuito profesional. Gane hoy o no, la reivindicación que implica su rendimiento ha llegado donde tenía que llegar. Mario, fuerte y ágil, combina sus pegadas con la experiencia de Héctor, de Vall de Laguar. Puntero habitual en las grandes competiciones, como la Liga o la Copa, Héctor es un mitger de total seguridad. Un salvavidas que, a sus 36 años, continúa compitiendo con la vista puesta en el futuro. Ante él, Javier Campos. El punter de Montserrat se ha ganado una oportunidad en una competición como la Liga 2 y no está desaprovechándola. El trinquet necesita mitgers jóvenes como el agua y él, rodado ya en segundas partidas, es uno de los llamados a rellenar el vacío que dejarán, en los próximos años, los jugadores actuales. Javier está en fase de crecimiento y hoy es una de esas tardes en las cuales más puede aprender.
En los azules, el talento viene en vena. Julio Palau, nieto de la popular figura "Juliet de Alginet", ha sufrido un cambio determinante. Y no sólo físico. Cómo si hubiera dejado de ser un niño para ser un adulto, Julio se ha convertido en un resto potente, inteligente, dominador. Ha ganado personalidad y presencia en las partidas. La calidad no se la puede discutir nadie y ahora juega por, como su primo Salva, avanzar en el escalafón. La final de hoy es un buen escaparate para hacerlo a ojos de los aficionados. Su hermano, Guillem, le acompaña en la punta. Un gato rápido, listo y habilidoso que tiene una relación muy personal con el quinze. Guillem es un jugador especial, de los que ganan finales con su oportunismo. Entre los dos hermanos, Carlos, del Genovés. Cómo Héctor, otro de los que ha estado en mil batallas y que sabe lo que es ganar todos los títulos posibles en la competición por equipos. Otro de los que juega para seguir mirando hacia delante, para mejorar, para tener la oportunidad de demostrar que, además de feridor y punter de primera, también puede ser un mitger de nivel.
Con todo, la final de hoy se presenta fascinante para el espectador neutral. De poco valen los precedentes, porque en la partida de la fase regular en la cual se encontraron, el trío de Mario se impuso 60-40 al de Julio en la Pobla de Vallbona, pero, eso fue el 27 de marzo. Desde aquella tarde de hace dos meses, el equipo de Palau no ha perdido ninguna partida más. Es decir, más emoción imposible.
"En una final no se sabe nunca lo que puede pasar. Pienso que será una final bastante disputada, una partida igualada, con quinzes muy disputados. Los dos equipos tenemos jugadores pegadores y pasadores, con mitgers y punters con mucho quinze. Será una final muy bonita y lo más importante será disfrutarla", señala Mario horas antes de la final.
"Veo una partida complicada. De hecho, en la fase regular nos ganaron. Es cierto que en esa partida no estuvimos bien del todo. Ahora venimos de tener buenas sensaciones en las últimas cuatro o cinco partidas y pienso que, si jugamos a nuestro nivel, tenemos nuestras posibilidades", apunta Julio Palau.
El último escalón, el último paso. La última partida de una Liga 2 para la reivindicación. Y que gane el mejor.