Fiscal y acusación exponen al jurado las vidas paralelas de la "viuda desconsolada" 'Maje': "Su religión es la mentira"

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El ministerio fiscal y la acusación particular han expuesto este miércoles ante el jurado popular las vidas "paralelas" de María Jesús M., conocida por 'Maje', y que se sienta desde hoy en el banquillo junto a uno de sus amantes, Salvador R., acusados ambos del asesinato a puñaladas, ocho, del marido de ella, Antonio, cometido en un garaje del barrio valenciano de Patraix en agosto de 2017.

En el juicio más mediático de los últimos años en la Audiencia de Valencia, el magistrado-presidente de jurado ha pedido al tribunal popular --cinco mujeres y cuatro hombres-- que únicamente tengan en cuenta la prueba practicada en el juicio, no lo oído con anterioridad y ha subrayado la importancia de fundamentar el veredicto.

Ambas acusaciones han presentado a la acusada como una mujer manipuladora, --"su religión es la mentira", ha indicado el abogado de la familia de Antonio-- mientras que Salvador estaba "perdidamente enamorado", y que ambos idearon un plan conjunto para asesinar al marido, tras hacer creer ella a su amante que el matrimonio era "insostenible" y que sufría maltrato psicológico.

El fiscal sostiene que Salvador, para quien pide 18 años de prisión, estaba muy enamorado de Maje, que le había hecho creer que tenía problemas con Antonio, con quien se había casado en septiembre de 2016, y le pidió que lo matara por ella. Juntos lo planificaron y acordaron que lo mataría solo él en el garaje donde aparcaba el coche de la empresa, atacándolo por sorpresa con un cuchillo por la mañana.

Para ello, la acusada, para quien reclama 22 años de prisión, le dio las llaves y le proporcionó información detallada mientras que el acusado compró en julio un cuchillo de cocina, antes de irse de vacaciones con su mujer y su hija.

Ambos decidieron llevar a cabo el plan el 16 de agosto de 2017, noche en la que ella avisó a su marido de que había cambiado la guardia y trabajaría por la noche, pese a que no era cierto. Y Salvador lo mató de ocho puñaladas, cuatro en el corazón, antes de deshacerse del cuchillo en una parcela de su propiedad en Riba-roja, según el relato de la acusación pública.

El fiscal, en su exposición, ha recalcado que elaboraron un plan "muy inteligente" para matar a Antonio, que no pudo defenderse del ataque a traición y luego desempeñó el papel de "viuda desconsolada". En este contexto, ha hecho hincapié en que Salvador "no es un psicópata, no tiene adicciones, no conocía a Antonio, no tenía nada en contra él", por lo que ha lanzado al aire la pregunta de "cómo es posible que una persona así mate a otra en la forma en la que lo hizo".

UNA RELACIÓN MÁS

Aquí es, según el fiscal, donde entra el "papel criminal" de ella, un asesinato que no habría existido sin su participación. Pero, mientras que para Salvador la relación era "única y exclusiva", y estaba total y perdidamente enamorado", para ella era "una más" y ha enumerado, además de otras relaciones antes de la boda: la de Tomás, a quien en junio le dijo que deseaba la muerte del marido; de José Antonio, con quien estuvo la noche de antes y quedó en el mismo momento en el que Salvador le contaba los detalles del crimen; de Manuel, otro compañero de hospital, y con Sergio, a quien conoció el 8 de septiembre, a los días del crimen.

El fiscal sostiene que el plan fue "muy inteligente" por el lugar e "imposible" de llevarse a cabo sin los detalles que le facilitó ella sobre la plaza de garaje, las llaves o las mentiras al marido sobre el cambio de turno. En esta línea, ha calificado de "escalofriante" el último mensaje a Antonio, diciéndole que había llegado al hospital y que esperaba que disfrutara "de la empanada que te he hecho".

"Tenía en sus manos salvar a Antonio en todo momento y facultad de decidir si moría o no", ha sostenido, para enumerar que ella se beneficiaba de la muerte por los seguros de vida, la pensión de viudedad, la liquidación de la herencia y porque él le molestaba.

Aunque el crimen no era fácil de aclarar, por la falta de cámaras, testigos, huellas o restos y el lugar elegido, se vio desde el principio que 'Maje' mentía, ha expuesto: "Por un lado, se mostraba como viuda desconsolada y, por otro, como alguien liberada que disfrutaba, estaba feliz y se lo pasaba bien".

Sin embargo, el 8 de noviembre la acusada cometió un error porque en una conversación con Salvador él lloró, y pudieron averiguar que tenían otro móvil solo para ellos, que se intervino por orden judicial y permitió saber que estaban hablando de cómo salvarse cuando el círculo se estrechaba.

Además, ha puesto de relevancia los cambios de versión de ella y contradicciones y que en un careo en marzo él se negó a contestar pero, una vez rota la relación, se mostró arrepentido, confesó que había sido él pero por petición de ella y de conformidad con el plan urdido.

ERA UN "OBSTÁCULO"

Por parte de la acusación particular, que representa a los padres y hermanos del fallecido, se ha explicado al jurado que están para "expresar las palabras que Antonio podría haber dicho". Así, sostiene que mientras que la víctima amaba "profundamente" a su mujer, él para ella era un "obstáculo" pero el divorcio no era el modo de conseguir de modo pleno todas sus pretensiones económicas ni estaba contemplado en las creencias religiosas de la familia de ella.

"Su religión es la mentira, puede llevar cuatro vidas paralelas y dar cuatro versiones distintas con los hombres con quienes mantenía relaciones sexuales" según su conveniencia, ha defendido el letrado de la familia de Antonio, quien ha indicado que Maje se casó "por ser el centro de la fiesta" y utilizaba a sus amantes y, a través "de la manipulación constante", llegó a convencer a Salvador del crimen tras haberlo intentado con otro. Esta acusación eleva a 25 años la petición de cárcel para ella y 20 para él.

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