El incivismo lleva a estudiar una valla perimetral a un Patrimonio de la Humanidad en Fallas

El Regidor de Protecció Ciutadana, Aarón Cano, assenyala que les imatges de degradació de la Llotja “no poden repetir-se”

Guardar

Imágenes de un botellón en el centro de València
Imágenes de un botellón en el centro de València

Lleva pasando décadas, aunque en los años anteriores se hizo viral. Las paredes de la Lonja de la Seda de València, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, acaban manchadas y repletas de orines. Son las consecuencias de todas aquellas personas que, durante las Fallas, priman su diversión, consumo de alcohol y no hacer cola para utilizar a un baño portátil al valor de un edificio con casi 500 años de antigüedad.

Así, el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, señaló el pasado martes que se "estudian" las maneras de proteger el monumento. Este señaló que en anteriores reuniones con Pere Fuset, el concejal de Cultura Festiva, concluyeron que las imágenes de años anteriores "no podían repetirse": "Un Patrimonio de la Humanidad -las Fallas-, no puede entrar en colisión con otro Patrimonio de la Humanidad -la Lonja-. Deben ser complementarios y sincrónicos", aseveró.

Lo cierto es que la suciedad y desperfectos en el mobiliario público son comunes durante las principales fiestas de la ciudad; el invicismo es algo habitual en cualquier gran celebración. "Evitar la conducta incívica será un poco difícil, aunque seguiremos trabajando", señaló Cano. Sí que está sobre la mesa, sin embargo, actuaciones concretas para proteger el edificio.

Preguntado sobre la posibilidad de establecer una valla perimetral, señalo que se está "estudiando". "La Lonja es una cosa muy seria. Al ser patrimonio de la Humanidad tiene una serie de protecciones que no tienen otros edificios". Así, señaló la posibilidad de que una barrera entre las personas y el edificio de medio siglo formara parte del dispositivo.

La posible valla deberá tener en cuenta, como señaló el concejal, no solo respetar el edificio en sí, sino "las posibles vías de evacuación" y las terrazas situadas en los laterales del edificio. "Estamos haciendo análisis sobre qué sería necesario hacer para llevarlo a cabo", sentenció.

Bando Fallero

El botellón -consumo de alcohol fuera de establecimientos y zonas adecuadas para ello-, es una práctica prohibida en el municipio desde hace años. Sin embargo, dada la creencia de la 'permisividad' de las Fallas, los distintos actores de la fiesta consideraron necesario explicitarlo en el Bando Fallero de 2020.

Aunque la decisión llevó a algunos a confusión -ciertos usuarios de redes sociales acusaron al alcalde, Joan Ribó, de "prohibir el botellón" en fiestas y "cargarse" las Fallas, aunque era algo ya prohibido"-, en general fue aceptada por las comisiones falleras. Estas seguirán pudiendo disponer de barras, vender su alcohol y permitir su consumo en sus zonas habilitadas.

El botellón ha sido un problema con largo recorrido en el Cap i Casal, aunque fue desde su extensión en Tarongers cuando se hizo más viral; tanto que ha llevado a proyectar un muro que rodee el campus. Desde el año pasado, la Unidad de Convivencia y Seguridad (UCO), vigila las principales zonas donde se practica, y aunque han aumentado las denuncias un 66%, en problema sigue en zonas como la Plaza Xúquer. Las fallas no son ajenas a la realidad valenciana, por lo que el problema se acentúa: "Queremos continuar apostando por mejorar la convivencia en las Fallas", señaló Fuset sobre el Bando.

Archivado en:

Destacados