Los vehículos sin etiqueta tendrán prohibida la entrada a la ciudad de València en 2028

Así lo contempla la futura ordenanza reguladora de las Zonas de Bajas Emisiones, según ha avanzado el diario LAS PROVINCIAS

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Coches circulando por una calle de València. Imagen: Xisco Navarro
Coches circulando por una calle de València. Imagen: Xisco Navarro

El Ayuntamiento de València se encuentra ultimando la ordenanza municipal que regulará las futuras Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) de Valencia y de la que hoy se han conocido nuevos datos. Así, y tal y como publica el diario LAS PROVINCIAS, el borrador de esta ordenanza contempla prohibir en 2028 la circulación de vehículos contaminantes por la ciudad. En ese sentido, esta limitación a ciertos coches será progresiva y, según avanza dicha cabecera, en 2027 los conductores que no estén empadronados en la capital valenciana y que además conduzcan un vehículo sin distintivo medioambiental tendrán prohibida la entrada a València. Un veto que se aplicará también a los residentes en la misma ciudad en 2028 cuando los coches de estos que no tengan la etiqueta de la DGT tampoco podrán transitar por València.

En esa línea, la Concejalía de Movilidad del consistorio municipal se encuentra finalizando los últimos retoques de la ordenanza que sentará las bases de cómo funcionarán las ZBE que València debe tener implantadas este mismo 2024, siguiendo la normativa europea que estipula que las ciudades de más de 50.000 habitantes deben tener zonas en las que se limite la entrada a los vehículos más contaminantes que no cuentan con la etiqueta medioambiental. 

Aunque la ordenanza debe estar lista antes de que concluya este mes de junio, su aplicación se hará “de forma progresiva”. De este modo lo anunció la alcaldesa María José Catalá el pasado 14 de junio cuando apuntó durante una entrevista en Cope Valencia que el próximo año 2025 sería un periodo "informativo" y "sin sanciones". "El año 2025 va a ser el año en el que no van a haber sanciones y va a ser solo informativo" en las Zonas de Bajas Emisiones, "para que la gente a partir" de ese ejercicio "sepa cuáles son las restricciones y cómo se van a ir incorporando" las restricciones previstas, ha señalado la primera edil, que ha apuntado que se hará "un calendario".

Afectará a todos los barrios de Valencia 

Precisamente, cuántos barrios, calles y áreas de la capital del Turia se convertirán en ZBE es una incógnita que el Ayuntamiento todavía no ha desvelado, ya que esto se detallará en la futura ordenanza que se encuentra ahora en elaboración. Lo que sí ha confirmado Jesús Carbonell, edil de Movilidad, es que las restricciones a la circulación de vehículos no se limitarán a las vías del centro de la ciudad —aquellas que de manera habitual registran un mayor volúmen de tráfico— sino que también se extenderán a otros barrios de la ciudad.

De acuerdo con el concejal, todos los barrios de València tendrán áreas que se convertirán en una zona de bajas emisiones donde los vehículos que no tengan una etiqueta medioambiental azul (0 emisiones), verde y azul (ECO), verde (etiqueta C) y amarillo (etiqueta B) no podrán circular. De hecho, si lo hacen estos podrán ser captados por una de las cámaras que controlarán la entrada y salida de vehículos en cada una de las ZBE y se expondrán así a multas o sanciones económicas por incumplir la normativa de circulación. 

Diversos coches circulan por el centro de València. Imagen: Xisco Navarro
Diversos coches circulan por el centro de València. Imagen: Xisco Navarro

Precisamente, son estas cámaras de vigilancia el elemento clave que obligará al actual gobierno municipal a crear en todos los barrios valencianos una zona restringida al tráfico contaminante. Así, fue la Concejalía de Movilidad dirigida en ese momento por Giuseppe Grezzi (Compromís) la que presentó a Europa el proyecto de ZBE de València en el que se incluía la adquisición de 274 cámaras con financiación europea para vigilar el movimiento de coches en estas. 

Es por ello que ahora Movilidad debe ceñirse a ese plan y poner en funcionamiento las casi 300 cámaras que ya han sido compradas con la finalidad de evitar que el gobierno europeo les retire la subvención destinada para su puesta en marcha. “La anterior corporación encargó un proyecto en el que se instalaban cámaras por casi toda València, por lo que vamos a tener que seguir esa línea para no perder los fondos europeos”, afirmó Carbonell. 
 

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