La Albufera tiene un caudal ecológico fijo garantizado tras el acuerdo alcanzado entre las distintas administraciones para que se aporte el agua necesaria para conservar este espacio natural. Elisa Valía, concejala de Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de València y presidenta de la EMSHI, nos habla del Plan Hidrológico 2022-2027 tras la celebración del Consejo del Agua, del que es miembro.
Hoy se ha celebrado el Consejo del Agua en el que se ha puesto encima de la mesa el Plan Hidrológico 2022-2027. ¿En qué consisten estos planes?
Los planes hidrológicos de cuencas recogen las prioridades y los planes de inversiones que tienen todas las administraciones con alguna competencia en relación con el agua. Marcan el camino a seguir y un marco común en el que trabajar.
¿Qué importancia tiene el Plan Hidrológico 2022-2027?
El hito fundamental para València es reconocer una aportación de 60 hm³ a la Albufera y marca una hoja de ruta a seguir de cara a los próximos cinco años. Esto es muy importante porque hasta ahora se dependía de los sobrantes de riego y de algunas otras aportaciones pero no estaba reconocido en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar la aportación, en este caso, de 10 hm³ del Júcar, 10 hm³ del Turia y todos los ahorros que se produzcan por la modernización de regadíos de la Acequia Real del Júcar, fundamentalmente. Trabajamos para garantizar el agua en todos los niveles, y la Albufera era una prioridad.
¿Cómo repercutirá en la Albufera?
Para la Albufera es de gran importancia porque permite, sobre todo en periodos críticos como el invierno (cuando se produce la ‘Perellonà’ y porque como no se riega, sus excedentes de agua no llegan), garantizar la aportación de caudal suficiente para mantener en buena salud el lago y toda la biodiversidad y todo el entorno lagunar. Nunca antes se había reconocido la necesidad y la urgencia de garantizar estas aportaciones hídricas a la Albufera y es muy destacado que se tenga en cuenta el problema de la estacionalidad. Reconocemos el compromiso del Ministerio de Transición Ecológica y, en este caso, a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) con la Albufera y todo el entorno natural, de un valor incalculable, y que ahora, por fin, tenemos la garantía de que dispondrá de las aportaciones suficientes.
La Albufera no tiene únicamente un problema hídrico.
La Albufera tiene también un problema importante de vertidos irregulares y hay que trabajar en este sentido. La competencia en el tema de depuración de aguas y tratamiento es de la Conselleria de Transición Ecológica y esperamos un compromiso fuerte en términos de inversiones por parte de la Generalitat. Es imprescindible trabajar en estas dos líneas. Ahora tenemos garantizado el caudal ecológico, una cantidad de agua suficiente a lo largo de todo el año, pero también hay que trabajar en la línea de evitar vertidos en este entorno natural.
¿Qué actuaciones se están llevando a cabo para evitar estos vertidos?
El Plan Hidrológico también contempla una inversión fundamental que va a sufragarse con fondos del Estado como es la ejecución de una nueva depuradora en l’Horta Sud y la renovación del colector Oeste, así como la reordenación de todo el saneamiento de esta comarca, que supondrá una inversión de unos 115 millones de euros. También hay que destacar otras inversiones estatales como la construcción de los depósitos de l’Horta Sud, una obra paralizada en 2012 y que se ha reanudado y supone una inversión importantísima, de 10 millones de euros, que permitirá gestionar los episodios de lluvias torrenciales de una manera más eficaz, evitando que lleguen vertidos irregulares a la Albufera, y que será una realidad a lo largo de este 2022. Además, desde el Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de València llevamos más de 4 millones de euros invertidos solamente en Castellar para justamente garantizar que ninguna vivienda vierta aguas sin depurar. Pronto iniciaremos la licitación del tanque de tormentas de la depuradora del Saler para mejorar la seguridad de la infraestructura y garantizar que en ningún caso lleguen vertidos a la Albufera. Hay otras actuaciones que dependen de la Conselleria que deberían ejecutarse con la mayor rapidez y es importante que todas las administraciones asuman su rol, ya que los problemas de la Albufera no son uno solo ni depende de una sola gestión.
Estamos muy contentos con las aportaciones que establece el plan, pero a medio y largo plazo la sostenibilidad del lago pasa por la reutilización del agua
Otro de los hitos de este plan es el consenso entre instituciones y regantes.
La CHJ ha tenido un papel mediador fundamental de intentar atender todas las peticiones. El agua es la que hay, y la CHJ se dedica a compatibilizar todos los usos y que todo el mundo tenga acceso a los recursos hídricos. Es complicado llegar a un consenso porque cada uno pide una cosa distinta que muchas veces son incompatibles. En este sentido, se ha hecho un esfuerzo importante de diálogo y de consenso y hemos conseguido cambios muy relevantes. Hay que congratularse que el Ministerio y la CHJ escuchen a València y tengan mucha sensibilidad por los problemas de este espacio natural. En un periodo de 5 años veremos cómo se ha hecho una apuesta importantísima por preservar la salud de la Albufera.
Desde el Ayuntamiento de València se está realizando, también, una apuesta decidida.
València es el titular del lago, pero la Albufera es patrimonio de todos los valencianos y valencianas, un humedal único y uno de los más importantes de España. Tenemos que garantizar su futuro y trabajamos para garantizar el agua en todos los niveles y la Albufera era una prioridad.
Los regantes son otros de los grandes beneficiados.
Sí porque, al final, cuando hablamos de modernización de regadíos, hablamos de modernizar nuestra agricultura. Los regantes son personas muy comprometidas con el ciclo del agua y con el uso eficiente y respetuoso de este recurso. Con cualquier comunidad de regantes que hablemos, están completamente a favor de la reutilización y están dispuestos a cambiar el origen de los recursos que utilizan para regar. Debemos aprovechar este compromiso para impulsar, desde las administraciones, cambios profundos en el agua que se utiliza con este objetivo.
¿En qué momento actual se encuentra la Albufera en relación con el cambio climático?
El cambio climático se manifiesta en muchos aspectos y la Albufera es un ecosistema que ya tiene una fragilidad importante y, por tanto, puede sufrir mucho con sus efectos. Por ello, era muy importante tomar medidas que consideramos urgentes. El lago se ve afectado por el cambio en los ciclos de agua, tenemos periodos de sequía cada vez más prolongados y lluvias torrenciales que nos proporciona gran cantidad de agua pero que no podemos aprovechar en su totalidad. Lo más importante en este sentido es garantizar un caudal ecológico que permita que la salud de la fauna y la biodiversidad de su entorno quede preservada también en los momentos más críticos.
Por último, de cara al futuro, ¿por dónde pasa la sostenibilidad de la Albufera?
El Plan apunta a la importancia de la reutilización de aguas y es una cuestión que hay que poner en la ecuación. Hay ahorros por la modernización de regadíos en la Acequia Real del Júcar, pero también se apunta a la reutilización en la Vega, en la zona de Sueca y apuesta por una política fuerte para darle al agua todos los ciclos de vida que podamos. En este sentido, son necesarias inversiones en las depuradoras para garantizar una calidad suficiente del agua con los tratamientos que se aplican de manera que pueda ser reutilizada no solo para la agricultura sino, por ejemplo, para ser aportada en la Albufera en un momento determinado de sequía prolongada, cada vez más común. Ahora mismo estamos muy contentos con las aportaciones que establece el plan, pero a medio y largo plazo la sostenibilidad del lago pasa por la reutilización del agua, ya que en casos de sequía extrema no se podrán hacer tantos aportes, y es la línea de futuro en la que hay que trabajar.