La COVID-19 no permitirá la celebración de la Batalla de Flors este fin de semana en València. Por motivos sanitarios, esta tradicional cita festiva no tendrá lugar y, por tanto, no cerrará la Gran Fira de València como viene siendo habitual desde hace más de un siglo. Será un fin de semana atípico por esta razón y por el hecho de que el espectáculo pirotécnico previsto para el sábado 24 de julio se ha aplazado al 31 de julio y 1 de agosto.La situación actual de la COVID-19 en la Comunitat Valenciana ha provocado en las últimas semanas un endurecimiento de las restricciones. Tanto es así, que el president de la Generalitat ha extendido una de las medidas más severas, el toque de queda, a 77 municipios. La llegada de esta quinta ola, por tanto, está provocando muchos dolores de cabeza a los organizadores de la Gran Fira.Si bien ya se anunció hace unas semanas que la tradicional Batalla de Flores no iba a permitirse por cuestiones sanitarias, ahora ha sido el colofón pirotécnico final lo que se ha aplazado. El aumento de contagios ha sido el motivo de esta decisión, así como la recomendación de no promover espectáculos que generen aglomeraciones de gente.Una de las posibilidades que se plantean desde el área de la concejalía de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València es la de efectuar los disparos a la 1 de la madrugada. Esto garantizaría la soledad del acto y permitiría cumplir los contratos pirotécnicos, puesto que se seguirían lanzando los castillos y mascletaes correspondientes.Según explicaba el miércoles el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, su delegación se ha puesto en contacto con las empresas pirotécnicas y están de acuerdo. En principio, las dos «mascletaes» nocturnas programadas para el sábado a las 23 horas (Vulcano y Alpujarreña) y los tres castillos del día 24 (Del Mediterráneo, Valenciana y Zarzoso) se han trasladado a los días 31 de julio y 1 de agosto. Y en caso de que la curva de contagios no baje, el disparo se hará a la 1 de la madrugada, ya con el toque de queda.Por lo que respecta al resto del programa festivo, "las actividades, los monólogos, todo se ha hecho con normalidad y están saliendo muy bien", aclaraba Galiana. Ejemplo de ello son los conciertos de Viveros, que atraen a gran cantidad de público y por el momento no han sucedido incidencias reseñables. El aforo, entre otras cosas, se rebajó de 3.000 personas a 1.800.