Una ciudad plana, con un clima beneficioso y una accesibilidad próxima con las distancias. Así se describe a la ciudad de València, como una de las mejores para ir en bicicleta. De hecho, una encuesta de la OCU ha revelado que los valencianos encabezan el mayor índice de satisfacción con la red de carriles bici y los aparcabicis.
Se están produciendo algunos movimientos, que venían ya de antes de la pandemia por la COVID-19, como por ejemplo la ciudad de los 15 minutos. Esta propuesta nace con la idea de adaptarse a vivir con un tiempo de 15 minutos de cualquier dotación o servicio público esencial. También se propuso esta iniciativa para poder paliar los efectos de la contaminación y las consecuencias que conlleva respecto la aceleración del cambio climático. De hecho, el barrio de Nazaret ha sido el primero en cumplir esta premisa de ‘València a 15 minutos’.
Ante los cambios que se introdujeron en la ciudad de València por la Concejalía de Transporte, donde se recomienda utilizar el uso del coche para trasladarse durante el confinamiento, se produjo cierta contestación por los defensores del medio ambiente. Asociaciones como Acció Ecologista Agró apuestan por el uso de la bicicleta, aseguran que se tiene que potenciar y, con más motivos, en una ciudad como València. Además, la bicicleta tiene una "oportunidad de oro" con las medidas higiénicas y de precaución necesarias por la COVID-19: un solo viajero y se mantiene la distancia con el resto de personas.
Ir andando, o hacer uso del transporte público son otras alternativas para impulsar a València hacia una ciudad comprometida con el medio ambiente. Sin embargo, este último se está considerando como un foco de contagio. De este modo, se ha percibido que se deberían hacer mejoras en el transporte público, así como más espacio en la calle y más posibilidades de ir andando a los sitios. Así lo declara Andreu Escrivà, técnico de València Clima i Energia: "cuando estás encerrado durante dos meses en casa y puedes salir un rato por tu barrio, descubres todo aquello que le falta a tu realidad. Por otro lado, si siempre vas en coche en el centro de la ciudad no te fijas en lo que le falta a tu barrio". Se está reclamando la apuesta por la peatonalización con una ampliación de aceras y, junto a la bicicleta, es un medio saludable y respetuoso con el medio ambiente.
València cuenta con 156 kilómetros de viales ciclistas, 2.404 aparcabicis y 16.028 anclajes para atar las bicicletas con seguridad. Asimismo, se han aumentado los kilómetros del carril bici: en Gran Vía Ramón y Cajal, Fernando el Católico y en la avenida del Instituto Obrero, junto a la remodelación del carril del paseo marítimo, como también se están potenciando las ciclocalles.
Para Escrivà, el problema empieza a ser no tanto de ciclabilidad -poder ir de un lado a otro con la bicicleta-, sino más bien de usabilidad -que no se generen problemas por usar este transporte-.
Entre estos problemas, destaca principalmente la seguridad a la hora de aparcar: "es una asignatura pendiente poder dejar la bicicleta como se deja en otros países europeos" y recalca la necesidad de potenciar parkings de bicicletas seguros, accesibles y universales.