València se moviliza contra el fascismo y contra el racismo. El próximo domingo, 5 de mayo, los valencianos y valencianas se unen a la manifestación europea para exigir que se respeten los derechos humanos de todas las personas. Así, bajo la consigna “no hay personas de segunda clase” se han propuesto reivindicar, por todos aquellos que no tienen voz, que el “mar mediterráneo no se convierta en la fosa común más grande del mundo”.
De esta manera, la manifestación europea ‘El abrazo de los pueblos contra el fascismo y el racismo’ arrancará el domingo, a las 11:00 horas, en la Plaza del Ayuntamiento de València, donde se realizarán diferentes actividades, para todos los públicos, hasta que llegue la hora de la manifestación, que comenzará a las 13:00 horas.
Sin embargo, lo más característico de esta convocatoria es que se producirá una abrazada general para luchar contra “la Europa racista, machista, fascista y colonial”, pero también para lanzar el mensaje de que “un mundo mejor es posible”.
Así, en el manifiesto que convoca a la ciudadanía a unirse a esta manifestación europea, se explican los motivos de esta concentración, que se espera que tenga una buena acogida. Entre ellos destacan que el derecho a la movilidad humana, es decir, la migración “es un derecho humano que se ha reconocido a españoles y españolas” y que, entienden, que no se reconoce a otras personas de diversas nacionalidades.
Pero además, también quieren mostrar su rechazo hacia “los discursos de odio sobre las personas migrantes y refugiadas a las que culpan de los males de la sociedad, del desempleo, de los bajos salarios, de la crisis social y económica, del aumento de la delincuencia y del machismo” porque, como explican, “los responsables son las élites que gobiernan Europa”, al tiempo que afirman que “el modo de vida europeo se ha sostenido gracias a la migración y trabajo de personas, especialmente de mujeres, que han asumido labores de cuidado”.
Finalmente, la manifestación europea 5M también rechaza, categóricamente, tanto la existencia de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) donde “atentando contra los derechos de las personas se ponen presas a personas que solo han querido ejercer su derecho a la movilidad”, como “la situación de esclavitud en la que se encuentran los trabajadores y trabajadoras temporeras del campo de Huelva, Almería, Murcia y Albacete, especialmente las mujeres, que, a parte del racismo y la explotación laboral, están sufriendo violencia de género y explotación sexual”.
Por supuesto, esta manifestación también centra su foco de atención en los últimos discursos políticos que, tras las elecciones generales y autonómicas, parece que han calado en parte de la población española, pero que también son más que visible en otros países europeos.
En este sentido, no solo rechazan las políticas migratorias existentes, basadas en “las expulsiones masivas o cierre de fronteras que arrojan a la muerte a decenas de miles de migrantes a las aguas del Mediterráneo”, sino también los discursos de gobiernos autoritarios y extremistas que “criminalizan la solidaridad hacia las personas refugiadas y migrantes”.
Y es que culpabilizan del “éxodo migratorio” a los gobiernos europeos y grandes empresas que son responsables de que “millones de personas huyan de sus países por las guerras alimentadas con armas fabricadas en Europa, y de la miseria provocada por las políticas comerciales neocolonialistas, por el despojo de tierras y recursos y por la destrucción ambiental responsable del cambio climático”.