El cambio climático y la existencia cada vez más frecuente de fenómenos como las sequías incitan a ayuntamientos y administraciones a impulsar planes específicos para mitigar sus efectos. Es el caso del plan presentado esta mañana en la Confederación Hidrográfica del Júcar, para la capital del Túria. València renueva, a las puertas del verano, su plan para hacer frente a la posible escasez de agua que pueda padecer en algún momento la ciudad.
El denominado Plan de Emergencia por sequía del abastecimiento de València renueva el anterior, que data del año 2006. Los encargados de realizar la presentación han sido la presidenta de la EMSHI (Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos), Elisa Valía, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, y la jefa de Servicio Técnico de la Oficina de Planificación Hidrológica de la CHJ, Arancha Fidalgo.
“Mañana es el Día Mundial contra la desertificación y sequía, por lo que este era un buen momento para presentarla. El último plan se elaboró en 2006, por lo que era un momento idóneo para actualizarla siendo conscientes de que en la Comunitat Valenciana nos enfrentamos a un problema de sequías prolongadas”, ha explicado Valía. Actualmente, la EMSHI da servicio a más de 1,6 milllones de personas.
El plan presentado para la ciudad de València se centra en establecer indicadores que se puedan seguir con la CHJ para analizar períodos de sequía que puedan afectar al abastecimiento de agua. Así, pretende aumentar la resiliencia del sistema con la incorporación de elementos no solo del Ayuntamiento de València, sino de otras administraciones del área metropolitana. Una visión más compleja, que tiene en cuenta aspectos medioambientales que también pueden afectar al parque natural de l’Albufera.
Entre las medidas concretas, destacan el seguimiento de las variables de referencia e indicadores de escasez y abastecimiento, campañas de conscienciación y sensibilización para el ahorro y el correcto uso del agua y hacer un seguimiento de los planes de emergencia mediante una comisión. Además, también se contempla la reducción del volumen de agua suministrada, algo que afectaría primero a grandes superficies industriales o a fuentes públicas de la capital.
El plan prevé, además, posibles sanciones para los particulares, las empresas o las entidades que derrochen agua cuando se haya decretado una alerta por sequía. Según han explicado, el consistorio establecerá un número máximo de litros por persona según se trate de la residencia personal, la oficina o la empresa del usuario. Y a partir de ahí se penalizará el consumo extra.
La también concejala del Ciclo Integral del Agua ha remarcado la situación de privilegio de València ante otros municipios en caso de sequía debido a la modernización de sus instalaciones. “Desde el Ayuntamiento tenemos la capacidad de transportar el agua desde cualquier punto hacia cualquier otro. Quien esté trabajando en maximizar la eficiencia del sistema, ante una situación de sequía tendrá una situación privilegiada”, ha señalado Valía.
28 municipios y seis consorcios han elaborado este plan
Por su parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar ha resaltado la labor del Ayuntamiento de València en la elaboración de este plan de prevención ante la sequía. “València es la ciudad más grande dentro de nuestra demarcación y debe ser un ejemplo, que ya lo es en muchas cosas”, ha comentado. Sin embargo, también ha lamentado hayan sido tan solo 28 los municipios que han redactado este plan del total de 65 que deberían haberlo hecho. En cuanto a los consorcios, han sido seis los que han trabajado este plan, siendo dos los que no lo han hecho.
Arancha Fidalgo ha detallado que, según la ley del Plan Hidrológico Nacional, todos los municipios con más de 20.000 habitantes están obligados a presentar este tipo de plantes especiales. Así, también ha puesto en valor que desde la CHJ se habilitó una guía “clara y detallada” para resolver todas las dudas que estas localidades pudieran tener a la hora de elaborar un plan de estas características.