El área de Movilidad del Ayuntamiento de Valencia ha dado a conocer la auditoría de seguridad vial que se ha llevado a cabo en algunos puntos negros de la ciudad. Un estudio exhaustivo que ha tenido como objetivo “revisar los aspectos negativos en materia de seguridad vial, pero también identificar deficiencias en las infraestructuras y aportar soluciones que se puedan extrapolar a otros puntos de la ciudad con características similares”, ha apuntado el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell.
Así, uno de los puntos analizados han sido los carriles bici que trascurran por delante o por detrás de las paradas de autobús. En este punto, no solo se ha aconsejado el refuerzo de la señalización y mejorar la visibilidad, sino también la instalación de semáforos para ciclistas que se activen cuando el autobús esté detenido en la parada o se esté acercando garantizando, así, mayor seguridad en la subida y bajada de usuarios al transporte público de la ciudad.
Carbonell ha avanzado que Valencia pondrá en marcha este proyecto piloto en los carriles bici más conflictivos. Una vez analizado su funcionamiento, se extrapolará a otros carriles bici reduciendo, así, los accidentes que se producen.
Y en esta línea, la auditoría también ha analizado el cruce de peatones por los carriles bici para acceder a la isla de contenedores. En este sentido, los expertos recomiendan señalizar mejor el paso de peatones de manera transversal para hacerlos más seguros.
Por último, se han estudiado un total de cinco puntos negros de la ciudad, elegidos por “la tasa de siniestralidad desde 2012 hasta la actualidad; la interacción con los peatones, ciclistas y otros usuarios de vehículos de movilidad personal; y por las constantes reclamaciones de vecinos”, ha explicado el concejal de Movilidad.
Así, los puntos auditados han sido: la plaza Zaragoza; el cruce entre Cardenal Benlloch y la avenida Blasco Ibáñez; la intersección entre Cardenal Benlloch y la avenida del Puerto; y Gran Vía Fernando el Católico con Ángel Guimerà y con Guillem de Castro. En líneas generales, se recomienda el cambio de la regulación semafórica, la mejora de la señalización de los carriles bici o la mejora de la visibilidad con la poda de árboles y setos.
No obstante, de la auditoría también se extraen actuaciones que el área de Movilidad ejecutará en 2025 para una mayor seguridad vial. En este sentido, destaca el cambio de la rotonda de Cardenal Benlloch con Blasco Ibáñez, que pasará de ser una rotonda partida a una completa. “El Ayuntamiento de Valencia contemplará en los presupuestos de 2025 la cuantía para esta actuación”, ha confirmado Carbonell. Además, en este punto también se aconseja replicar en la calzada la señalización semafórica mediante iluminación y bandas led.
Otras de las actuaciones destacadas serán el cambio del paso de peatones en Gran Vía Fernando el Católico con Ángel Guimerà, creando uno por sentido y situándolos alineados con la parada de metro; o la transformación de la confluencia entre Fernando el Católico y Guillem de Castro. Aquí se proponen tres alternativas: prohibir el giro a la derecha de los vehículos privados (excepto transporte público), ya que lo pueden hacer por otras vías; crear un carril único para todos con avance para bicicletas; o una ciclocalle con avance para bicicletas.
Carbonell ha señalado que se evaluarán los resultados para confirmar que se reduce la siniestralidad; así como que se realizarán nuevas auditorías para implantar mejoras en la ciudad.