Es un hecho que la huerta de València es uno de los “pulmones” y “tesoros” principales para los ciudadanos, ya que nos beneficia en varios aspectos. Es más, la ONU declaró en 2019 el regadío histórico de la huerta de València como sistema importante del patrimonio agrícola mundial.
Por ello, la concejala del Ciclo Integral del Agua y presidenta de la EMSHI, Elisa Valía, ha presentado en el Ayuntamiento de València un plan para hacer posible que los agricultores cobren para compensar el dióxido de carbono con el cultivo de sus campos. La concejala ha estado acompañada por Dionisio García, CEO de Global Omniun; el presidente del Tribunal de las Aguas de la Vega de València, José Alfonso Soria; el secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural y director de la Agencia Valenciana de Fomento y Garantía Agraria, Roger Llanes; y Javier Mejía, director de Marketing y Desarrollo de Negocio de Aenor.
Este proyecto es, tal y como ha afirmado la concejala, un método pionero para que la huerta sostenible valenciana se convierta en sumidero de carbono, es decir, en un lugar que absorba el carbono de la atmósfera y contribuya a reducir la cantidad de CO2 del aire. Gracias a esta iniciativa, se podrá comprobar y determinar cuánto dióxido de carbono es capaz de absorber la huerta valenciana, lo que también posibilitaría que en un futuro que la agricultura local pudiera fijar derechos de emisión de CO2 y beneficiarse de ello.
El objetivo es hacer que los esfuerzos económicos de compensar la huella de carbono reviertan en la economía local y apuesten por proyectos medioambientales de proximidad, singulares e identitarios.
“Las numerosas externalidades positivas en materia medioambiental de la huerta valenciana deben potenciarse y aprovecharse. Apostar por la huerta es reconocer su valor y contribuir a que sea una actividad viable económicamente en el presente y en el futuro”, ha añadido Valía.
“Llevamos mucho tiempo reivindicando que los agricultores somos los que tenemos la llave para descontaminar y potenciar este proyecto. Los agricultores son los verdaderos ecologistas que protegen y promueven nuestra huerta valenciana”, ha asegurado José Alfonso Soria García, presidente del Tribunal de las Aguas de València.
Dionisio García ha recalcado que “con EMIVASA tenemos un fuerte compromiso con la ciudadanía, pero también con el medio ambiente. Con esa voluntad de ser neutros en carbono, estamos haciendo muchos esfuerzos con el Ayuntamiento y el pequeño empujón que nos queda para ser neutros, queremos que el beneficio revierta en nuestro entorno”.
Roger Llanes ha recordado hoy es el Día Mundial de la Agricultura y ha considerado que “pocas cosas están más vinculadas al medio ambiente y a la agricultora que el agua”. Llanes también ha puesto en valor “el pulmón verde que representa la huerta de valencia”, ya que “cuenta con un sistema de regadío agrario muy singular a nivel mundial”. Por lo tanto, “hay que valorar este proyecto y darle el apoyo que merece: es un proyecto encomiable y tiene mucha razón de ser.”
Javier Mejía, por su parte, ha explicado que “AENOR participa en este proyecto por tres razones: porque contribuye al propósito de AENOR de generar confianza entre organizaciones y personas; porque el diseño y la concepción del proyecto van a ayudar a un sector crítico, como es el de la agricultura, en el ámbito nacional y, particularmente en la Comunidad Valenciana; y porque estamos convencidos de que el rol de AENOR puede contribuir al éxito del proyecto.”
Para ello, EMIVASA (Global Òmnium y el Ayuntamiento de València) trabajarán con la Comunidad de Regantes en este proyecto para medir cómo la agricultura valenciana puede compensar la huella de carbono que se emite. El trabajo de campo demostrará la validez de la metodología y logrará la certificación de AENOR. Y, cuando se obtenga este certificado, el modelo podría entrar en los circuitos internacionales de compensación de la huella de carbono.