Con la llegada de la temporada estival y de las altas temperaturas, llega también el momento de mayor proliferación de insectos y mosquitos en las ciudades. Una de las especies cuya población aumenta en mayor grado durante los meses de calor es el mosquito tigre, una “especie invasora presente en la Comunitat Valenciana desde hace más de 20 años gracias a la globalización y el cambio climático”, explica Rubén Bueno, director técnico de Rentokil Initial.
Precisamente, la sobrepoblación de este tipo de mosquito es una problemática que no solo pone en alerta a la ciudadanía por la posibilidad de transmitir enfermedades si reciben una picadura, sino que también obliga a las administraciones públicas a activar un plan de control y prevención para que la sobrepoblación de estos invertebrados no tenga consecuencias gravemente negativas en la población. Al respecto, la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca lleva abordando el control del mosquito tigre desde hace varios años empleando un sistema de erradicación natural.
En concreto, la prevención del aumento exponencial de ejemplares de este insecto se realiza a través de una técnica biológica que consiste en criar machos de mosquito tigre (exclusivamente machos, que no pican), esterilizarlos y liberarlos para que se apareen con hembras silvestres y produzcan huevos inviables.
“Tras el apareamiento, las hembras realizarán la puesta de huevos pero estos huevos no serán capaces de eclosionar porque no han sido debidamente fertilizados. Por tanto, cortando el ciclo de reproducción de los mosquitos tigre mediante estas liberaciones controladas en un espacio de tiempo asumible, podemos ser capaces de reducir drásticamente sus densidades poblaciones y, por ende, las molestias que estos insectos generan sobre la ciudadanía”, explica a València Extra Rubén Bueno.
Además, Bueno destaca que la suelta de estos mosquitos “no tienen impacto a nivel de salud pública, ya que al ser machos son incapaces de picar a las personas y alimentarse de sangre”. Por su parte, Simón Martínez, director general de la producción agrícola y ganadera del departamento autonómic de Agricultura, constante la eficacia de esta técnica, ya que, según confirma, en 2019 y 2020 se consiguió reducir la población de mosquito tigre en un 70 %. Una disminución que en condiciones de alta densidad poblacional, como la registrada en 2021 y 2022, se sitúa en el 60 %.
Jardines y entornos acuáticos, lugares favoritos de los mosquitos tigre
Como las ciudades son “los lugares de más riesgo en la transmisión de enfermedades por parte del mosquito tigre debido a la mayor densidad de habitantes”, destaca Martínez, València ha sido escenario de esta técnica de control de los mosquitos tigre gracias a la suelta de más de un millón de mosquitos tigre en los Jardines de Viveros de València. En concreto, a partir de este mes de junio y hasta el próximo diciembre se van a liberar más de 1,3 millones de insectos tigre de estas características, lo que supone la suelta de 45.000 ejemplares a la semana durante unas 30 semanas.
Precisamente, son las “zonas ajardinadas”, como los Jardines de Viveros, las más adecuadas “a priori para llevar a cabo estas estrategias de control”, comenta Rubén Bueno. “El hecho de que sean zonas con abundante vegetación y humedad, permiten que los machos que se liberan puedan refugiarse allí a la espera de encontrar hembras con las que aparearse”.
Aún así, la población de mosquitos de esta especie no se limita a los parques y jardines, sino que se encuentra por toda la ciudad, especialmente en los “imbornales de recogida de aguas pluviales de las calles”, detalla el director técnico de Rentokil Initial. Es en estos lugares estos insectos encuentran las condiciones ambientales adecuadas para reproducirse porque suelen “acumular pequeñas cantidades de agua que facilitan que las hembras del mosquito tigre puedan depositar sus huevos”, añade.
“Más allá de estas zonas públicas, también sabemos que en el ámbito privado el mosquito tigre puede desarrollarse con facilidad en terrazas, patios y jardines que dispongan de recipientes con agua, como los platos que solemos situar debajo de las macetas para preservar la humedad, bebederos de animales cuya masa de agua no se renueva con suficiente frecuencia, pequeñas balsas, estanques o también sumideros”, comenta Bueno.
Un transmisor de enfermedades virales
Las políticas de control y erradicación de este animal suelen estar en el centro debido a que las picaduras de estos mosquitos son capaces de transmitir enfermedades virales como “el dengue, Zika o Chikungunya”, concreta el director técnico. Unas patologías que, si bien no tienen especial prevalencia en la Comunitat Valenciana, sí la tienen en países de Latinoamérica, Asia y el Caribe.
Sin embargo, la llegada de turistas procedentes de esos países puede contribuir a la transmisión de este tipo de enfermedades y requieren de una actuación urgente para evitar la expansión de los virus.
“Cuando un turista viaja a estos países y regresa al nuestro infectado, debemos actuar en las inmediaciones de su domicilio para controlar de forma rápida al mosquito tigre, puesto que si estos mosquito pican a una persona infectada por dengue, el mosquito puede contagiar y transmitir a su vez el virus a más personas en las posteriores picaduras que ejecute. De hecho, en los últimos años ya hemos tenido más de una decena de casos autóctonos de dengue en España asociados a picaduras de mosquitos tigre infectados”, expone Bueno.