Desde agosto de 2023, las sombras de ojos verdes ocupan algunas de las paredes y rincones de la ciudad de Valencia. Se trata de ‘La Sombra’, un movimiento de arte urbano que recauda fondos para invertirlos en proyectos específicos de salud mental como, por ejemplo, un taller de arteterapia para la Unidad Educativa Terapéutica de Valencia.
Estas sombras que, desde entonces, llaman la atención de los viandantes pretenden poner encima de la mesa una crítica a las desigualdades que afectan a la salud mental de las personas y apelar directamente a la responsabilidad individual para revertir esta situación. Es por este motivo por el que la sombra no tiene ni brazos ni boca, porque quiere representar a aquellas personas que no toman acción frente a estas injusticias.

Pese a que se trata de un movimiento completamente anónimo, ahora dos grafiteros, de 30 y 31 años de edad, se enfrentan a un delito de daños continuados contra bienes de titularidad pública tras ser descubiertos por la Policía Local pintando una nueva sombra en un muro ubicado en el cruce de las calles Pintor Ferrandis y José Ballester Gozalvo.
De acuerdo con el informa policial, las sombras se realizaron, esa noche, en las calles Bélgica, Mendizábal, Filipinas, Micer Mascó, José Benlliure, Iglesia del Rosario, Naturalista Arévalo Baca, General Gil Dolz, así como en las plazas Manuel Granero y Luis Casanova, las avenidas Alfahuir y Suecia, el puente l'Assut de l'Or y en el antiguo monasterio de San José y Santa Teresa.
Tras este suceso, ‘La Sombra’ se ha pronunciado a través de su perfil de Instagram con el siguiente comunicado:
“La Sombra no es delincuencia. La Sombra es reivindicación. No se trata de política ni ideología, se trata de abogar por un futuro mejor en el que se tenga la salud mental en mejor consideración.
La Sombra es arte. No hace daño a nadie. Pese a ello, se piden disculpas a quienes se hayan sentido perjudicados por el movimiento. Toda revolución tiene un coste y, en este caso, siempre se trata de que sea mínimo.
La Sombra solo pretende remover las conciencias de una manera amigable y divertida. No es graffiti sin más, es interacción y juego. Es un movimiento social.
Nadie merece ser juzgado por ello. La Sombra somos todos”.
Ante estos hechos, el movimiento de arte urbano ha comunicado, también por el mismo canal, que se suspende la actividad en Valencia de manera temporal.