La pandemia del coronavirus ha cambiado la forma de relacionarnos e, incluso, nuestras costumbres. En varias ocasiones, a causa de las restricciones, las calles se han quedado vacías debido al cierre de la hostelería y los locales de ocio, pero también al cierre de la Comunitat Valenciana que ha impedido la llegada masiva de turistas. Ante este nuevo panorama, el colectivo Russafa Veïnal, junto con Entre Barris, han lanzado ‘Repensem Russafa’, una oportunidad para repensar el barrio que quieren los vecinos y vecinas.
"Hace tiempo que en el barrio sufrimos la masificación de los locales de ocio. Con la pandemia, las calles se han llenado todavía más de terrazas. Queremos ir al bar, sí, pero también queremos descansar, encontrarnos con nuestros vecinos y vecinas, y poder estar en nuestras calles y plazas sin necesidad de consumir. Russafa es un barrio, no un bar", explican a través de sus redes sociales.
Por este motivo, proponen cambiar el modelo de barrio actual por uno que recupere la esencia de Russafa, centrándose en diferentes aspectos. Uno de ellos, la vivienda. "Es necesario insistir en la necesidad de regular el precio del alquiler en el barrio, marcando unos máximos por parte de las administraciones, para acabar con las expulsiones de los vecinos y vecinas", señalan en el manifiesto.
Asimismo, también reivindican la recuperación del espacio público para la ciudadanía y para las asociaciones de vecinos, liberándolo de la masificación de terrazas, así como "revertir el monocultivo del ocio, limitando la concesión de licencias de apertura de bares, limitar el horario de apertura de terrazas y hacer respetar los niveles de ruido compatibles con el descanso", con el objetivo de mejorar la conciliación entre el descanso y la sociabilización.
Y, por último, en el manifiesto también señalan la importancia de declarar Russafa como Zona Turísticamente Saturada, "que implique la regulación y la limitación de apartamentos turísticos y de establecimiento de carácter turístico" porque, añaden, "queremos vivir en un barrio donde el vecindario no cambie cada día, y donde el comercio esté dedicado a sostener la vida de los vecinos y vecinas".
Un problema, el de los apartamentos turísticos, que también comparten con otros barrios de la ciudad, como es el caso del Carme donde, hace una semana, el colectivo vecinal Amics del Carme convocaba una concentración para pedir un mayor control de este tipo de alojamientos y, de esta manera, recuperar una buena convivencia vecinal.