Un proyecto de Las Naves radiografía los barrios de Malilla, Campanar, Algirós y Tres Forques

Eva Máñez, Borja de Madaria y el equipo de Las Naves analizan cuatro barrios de València para detectar sus necesidades

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Imagen de viviendas en la ciudad de València / Foto: Nicolas Vigier
Imagen de viviendas en la ciudad de València / Foto: Nicolas Vigier

‘Mapejant els barris’ es el proyecto bajo el que la periodista Eva Máñez, junto con Borja de Madaria y el equipo de Las Naves, ha descubierto y repensado cuatro barrios de València. A través de talleres donde ha primado la participación ciudadana, se ha pretendido tener conciencia del entorno en el que vivimos, una conciencia más social, alejada de las realidades individuales, con el objetivo de reflexionar y establecer las demandas de cada barrio para avanzar en un modelo mejorado e inclusivo.

Malilla, Campanar, Algirós y Tres Forques han sido los cuatro barrios elegidos para llevar a cabo este proyecto que concluirá el próximo domingo, 30 de octubre, en un acto lúdico y festivo donde se presentarán los informes finales, que darán a conocer las principales demandas surgidas a través de estos diálogos con la ciudadanía. Este evento, que se celebrará en la sala polivalente de Las Naves contará, además, con la presencia del concejal de Innovación del Ayuntamiento de València, Carlos Galiana.

No obstante, ya se han avanzado algunas de las conclusiones. De esta manera, por lo que respecta al barrio de Malilla, “hay cierto consenso en la percepción de que es un barrio en construcción y que le falta cohesión en el espacio público por la presencia de muchos espacios vacíos entre los edificios, así como solares sin uso específico que se utilizan informalmente como lugares de esparcimiento de perros y aparcamiento”.

Asimismo, se ha percibido falta de cohesión social entre las diferentes zonas del barrio. En este punto, la ciudadanía nota una “gran diferencia entre las partes nuevas del barrio donde se percibe dotación y cuidado en los espacios públicos, frente a la ausencia de espacios públicos de calidad en la parte más consolidada del barrio”. Así, desde la Asociación de Vecinos de Malilla insisten en la necesidad de crear más espacios de convivencia, plazas, jardines y dotaciones, como un centro cívico, un centro cultural o un mercado, y no tanta edificación.

En cuanto al barrio de Campanar, le define la palabra “contraste”. “El casco antiguo es amable y tiene identidad, pero se diluye en el resto del barrio que parece más un barrio dormitorio”, reza el informe. Además, hace hincapié en la inclusión: “hay zonas en las que se ha actuado y están más o menos adaptadas para la discapacidad física, pero hay una sensación de desorientación. No hay indicaciones ni señalética que oriente a los visitantes”.

Además, la movilidad también sufre carencias en este barrio con un “transporte público que queda lejos en algunas partes del barrio y con poco carril bici”. Por último, la sensación de contraste aparece, de nuevo, dependiendo de la zona donde estés: “hay zonas con muy mala imagen, el espacio público no resulta cómodo y se tiene la sensación de estar en territorio de nadie. En cambio, la zona antigua es muy amable y confortable”.

Algunas zonas de Campanar suspenden también en perspectiva de género con espacios vacíos que generan inseguridad; mientras que se percibe una carencia de espacios culturales. De esta manera, se pide un centro de mayores, conectar zonas verdes, más arbolado, recuperar el espacio público, señalización que ayude a la orientación en el barrio, dinamizar el entorno de la Alquería como centro cívico o espacios culturales que den vida al barrio, entre otras.

Algirós y Tres Forques

En el caso de Algirós, uno de los conflictos principales ha sido la difícil convivencia entre los vecinos y los locales de hostelería y terrazas o los apartamentos turísticos; así como la falta de centros sociales que puedan generar tejido asociativo en el barrio. Aun así, se percibe bien dotado de servicios, ya que, por ejemplo, cuenta con dos mercados públicos cercanos.

Las propuestas surgidas en el debate para mejorar el barrio son: encontrar un balance entre el descanso y el ocio nocturno, mejorar la recogida y gestión de residuos, pero también carriles bici mejor ubicados, transformar el jardín de Blasco Ibáñez en un espacio inclusivo y multifuncional o dedicar el chalet Aben Al Abbar a usos ciudadanos, entre otros.

Finalmente, en Tres Forques “se tiene la percepción de ser un barrio olvidado tanto por sus habitantes, como por las administraciones públicas”. Y es que aunque es “un barrio agradable, con unas condiciones especiales muy positivas, se echa de menos mayor vegetación y una regeneración, aunque sea algo tan simple como la limpieza y pintura de fachadas”.

Así, explican en el informe que “tener vida en la calle, tener comercio, tener transporte público proporciona unas condiciones de habitabilidad y bienestar al barrio que se han echado de menos en las derivas realizadas”.

Por todo ello, las peticiones de este barrio son la creación de más parques, intervenciones de convivencia, mejorar el aspecto físico de los edificios o rutas de urbanismo por los barrios desconocidos de la ciudad. 

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