El concejal del Grupo Municipal Popular, Santiago Ballester, ha advertido que la puesta en marcha del control de acceso a Ciutat Vella con cámaras y multas va a ser la puntilla para el comercio y la hostelería del centro de la ciudad asfixiado, que lleva desde que se inició la pandemia sufriendo una grave crisis con cierre de muchos negocios y con pérdidas que se tardará en recuperar.
Los populares han pedido que se retrase la puesta en marcha del cierre del centro con cámaras hasta que se normalice la situación, se terminen las obras y se habrán los dos aparcamientos cerrados. Ballester ha reclamado al alcalde Ribó que de marcha atrás en la puesta en funcionamiento previsto para el día 18 de octubre y las sanciones a partir del 1 de diciembre.
“No es momento de más palos en la rueda a nuestros comerciantes, un centro en obras con cierre de dos aparcamientos públicos, la eliminación de 15 líneas que ya no llegan al centro y dificultades para acceder en taxi. Va a suponer más cierres y pérdidas de empleo. Valencia tiene casi 63.000 parados y desde el Gobierno de Ribó y PSOE ni se bajan impuestos y se blinda un centro para que no se pueda acceder ni con transporte público ni en vehículo particular”, apunta el concejal Santiago Ballester.
Ballester señala que sólo tiene una explicación, “esto sólo responde al afán recaudatorio de Ribó y PSOE que ya pusieron en marcha un sablazo fiscal para recaudar más de los ciudadanos pero sin mejorar la ciudad ni los servicios. Ya lo han hecho cobrando por aparcar en las calles al mediodía e incrementando el pago hasta las nueve de la noche y los sábados por la tarde. En definitiva recaudar dinero para seguir colocando amigos en el Ayuntamiento, Ribó y PSOE tienen el doble de altos cargos, un total de 43, que el Gobierno del PP, que sólo tenía 17”.
El Gobierno de Ribó y PSOE rechazó una moción demorar las sanciones con la cámaras de tráfico en Ciutat Vella como pidió el PP y que fue respaldada por los comerciantes y transportistas. Los populares pedían una demora en las multas, previstas para evitar la asfixia del centro histórico y especialmente del comercio hasta que llegaran momentos mejores. “En la situación de crisis generada por la pandemia es necesario no poner en marcha medidas como esta que generará mayores problemas a comerciantes, transportistas y vecinos”, señala Ballester.
El PP también solicitaba una remodelación de las líneas de la EMT para que lleguen todas al centro histórico tras el fracaso de la C1, ya que muchas de las líneas que llegaban hasta el corazón de la ciudad ya no llegan y es necesario hacer un transbordo.
También se reclamaba “una campaña de publicidad para que los vecinos sepan exactamente de cómo se puede realizar la tramitación y por último revisar de manera integral la movilidad de los barrios de Ciutat Vella para hacer atractivo la residencia y actividad comercial en sus barrios; especialmente en las líneas de la EMT y en las direcciones de sus calles para evitar bucles de circulación”.
Pérdida de plazas de aparcamiento
La falta de aparcamiento en el centro de la ciudad es ya una realidad desde que llegó al Gobierno Ribó y el PSOE, solo los tres distritos de Ciutat Vella, L’Example y Extramurs del centro han perdido en este tiempo 4.259 plazas para estacionar en sus calles. La portavoz del Grupo Municipal Popular, María José Catalá, ha señalado que “esto daña directamente al comercio y la hostelería del centro de la ciudad, ya que se une al cierre y la eliminación de trayectos de las líneas de la EMT que ya no llegan hasta el centro”.
El distrito donde las pérdidas de zonas de aparcamiento se ha agravado es Ciutat Vella que ha pasado de disponer 822 en 2015 a las 232 plazas en 2019, una reducción de casi 600 plazas lo que significa un descenso del 72%, lo que hace casi imposible aparcar en esta zona para ir de compras o consumir en su oferta hostelera.
El cierre del aparcamiento de Parcent (250 plazas) y el cierre del parking de la plaza de la Reina (348 plazas) para su reforma, lo que dejará al centro de la ciudad con cerca 600 plazas menos de aparcamientos públicos en el centro histórico.
El siguiente distrito donde se ha mermado un importante número de plazas es l’Exiample que disponía de 5.748 en 2015 y ahora dispone de 3.676, ha perdido 2.072 plazas, un merma de 36%. Y le sigue Extramurs que ha pasado de las 6.376 plazas que tenía hace cinco años a las 4.779 al cierre del año 2019, una reducción de 1.597 plazas lo que representa un descenso del 25%, se ha perdido una de cada cuatro.
Y también El Pla del Real ha perdido 1.528 aparcamientos en sus calles, pasando de las 6.201 del año 2015 a las 4.673, un descenso del 25%. Y otros distritos como Camins al Grau se ha reducir un 26% el número de aparcamientos lo que significa 930 plazas menos, Patraix ha perdido 446 plazas o Jesús con 352 aparcamientos menos, Campanar ha visto reducida la posibilidad de aparcar en sus calles en 491 plazas menos.
Los parking públicos se cierran también
Además, el centro de Valencia ya ha perdido 250 plazas por el cierre del parking público de la plaza de Parcent, tras el Mercado Central. Una nueva piedra en el camino que no falicita las compras y el consumo en el corazón de la ciudad. “A las dificultades para accederse ha unido una pérdida de plazas de aparcamiento tanto en superficie como en aparcamientos públicos, y esto no ayuda ni a nuestros comerciantes ni a nuestros hosteleros inmersos en una crisis provocada por el COVID 19 y agravada por la mala planificación del Gobierno de Ribó y PSOE que ha comenzado las obras al mismo tiempo en el centro y con importantes retrasos ”.