El Saler alberga uno de los entornos naturales más privilegiados y destacados de toda la ciudad de València: la Devesa. Este bosque de 732 hectáreas se encuentra dentro del Parque Natural de la Albufera y como fue considerado en 2009 como Bosque de Utilidad Pública requiere de unas medidas especiales que aseguren la protección de su flora, fauna y de todos los elementos que conforman el entorno natural.
Es por ello que se ha diseñado el Plan de Ordenación de la Devesa, un documento elaborado por el Ayuntamiento de València y la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, en el que se incluyen las acciones de preservación necesarias en este recinto natural durante los próximos diez años.
En ese sentido, el consistorio ya dio luz verde en la junta de gobierno local celebrada el pasado viernes a este plan dotado con 12 millones de euros. Sin embargo, ahora este debe ser remitido a la Conselleria que dirige Isaura Navarro para recibir el ‘sí’ de la administración autonómica y que sea aprobado de manera definitiva.
En concreto, las medidas y líneas de trabajo que incluye el plan son “de obligado cumplimiento” ha destacado Sergi Campillo, vicealcalde y concejal de Ecología Urbana de València. Así, estas permitirán tener, tanto al gobierno municipal de la ciudad como al ente autonómico, una seguridad jurídica que sea la base de todas las acciones de preservación y protección ambientales que se desarrollen en la Devesa.
Líneas de trabajo del Plan
Los doce millones de euros que se han presupuestado para gestionar y proteger el bosque de La Devesa hasta 2033 servirán para llevar a cabo acciones de prevención de incendios y también fomentar la biodiversidad de la flora y la fauna que allí habita. Por otro lado, también contempla desarrollar acciones para divulgar a la sociedad todo lo que ofrece este entorno y a mantener el bosque y reducir la madera muerta o en mal estado que se pueda acumular.
Asimismo, este plan también servirá como fundamento jurídico para evitar la construcción excesiva de infraestructuras dentro del espacio natural protegido y así limitar la presión urbanística y también humana. Parte del presupuesto se destinará a construir infraestructuras como pasarelas o vallas.
Una de las curiosidades que incorpora este documento es el número de árboles que hay en las más de 700 hectáreas de extensión de este entorno: en total, se han cifrado 108.159 ejemplares, de los que la mayor parte son pinos blancos y pinos piñoneros. Además, el 10 % de este se ha catalogado como bosque maduro, es decir, aquel que no ha sido sometido ni alterado por la acción humana.