Valencia

Organizaciones sociales denuncian "al menos ocho ocho ataques neonazis" en Valencia

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Decenas de organizaciones sociales de València han denunciado este viernes ser víctimas de una "campaña de agresiones racistas y xenófobas", tras registrar "al menos ocho ataques neonazis" contra sus sedes durante los pasados meses de julio y agosto, tras la llegada del buque Aquarius al puerto con 620 inmigrantes.

Según han explicado algunos de sus portavoces en rueda de prensa, las entidades afectadas son asociaciones en defensa de los derechos de los migrantes, centros religiosos y académicos y formaciones políticas y culturales que apuestan por la acogida y la integración, informa en un comunicado la Fundación Cepaim por la convivencia y la cohesión social.

El primer fin de semana de julio, la placa de la Comissió d'Ajuda al Refugiat del País Valencià (CEAR-PV) apareció "tachada con un espray de color negro". También sufrieron pintadas a mediados de julio la Facultad de Psicología, con la frase 'Arriba España, abajo inmigración', Lambda y el Octubre Centre de Cultura Contemporània (OCCC) de València.

Seguidamente, en la madrugada del 26 de julio, "la Gran Mezquita de València fue ensuciada con pintadas y carteles con mensajes racistas e islamófobos". "En lugares bien visibles colgaron un cartel con la leyenda 'Stop Islam. Stop Jews' y estamparon grafitis con simbología nazi y xenófoba: la esvástica y la cruz solar acompañaban textos contra los "moros", han señalado las asociaciones.

En la verja de acceso a la mezquita "colgaron despojos de un cerdo con una evidente intención ofensiva y amenazadora contra la comunidad musulmana" y, esa misma noche, "fueron manchados con simbología nazi los jardines del MuVim y la sede de Compromís en València".

Según las plataformas, la Policía identificó a varias personas con botes de pintura en las inmediaciones y varias cámaras de seguridad grabaron los ataques, por lo que "los presuntos autores de estos actos vandálicos de odio estarían ya identificados".

A finales de julio, "la asociación València Acull fue atacada dos veces en la misma semana: el día 30 fueron tapados los carteles de la entrada con los insultos 'mafia', 'mierda' y 'demás basura', y el 3 de agosto la fachada apareció cubierta con cuatro cruces nazis de gran tamaño".

"NO SON HECHOS AISLADOS"

Desde las organizaciones afectadas advierten que este tipo de acciones racistas y xenófobas no son nuevas, pero ahora se producen en "un contexto de creciente criminalización de la inmigración y las minorías étnicas que favorece la violencia directa contra las personas".

"Estos grupos neonazis alimentan el odio y el miedo, sintiéndose amparados para actuar por el discurso de algunos medios y políticos que presentan las llegadas de inmigrantes y personas refugiadas como una invasión que amenaza nuestra cultura y bienestar", subrayan, para insistir en que no son hechos aislados ni sus autores actúan a título personal.

De hecho, creen que se trata de "una campaña planificada por grupos ultraderechistas organizados, con el objetivo de contribuir a crear la sensación de que existe un clamor popular contra las personas migrantes y otros grupos vulnerables". A su juicio, "no solo tratan de intimidar y deslegitimar el trabajo, sino que van creando un ambiente propicio para justificar nuevas y más violentas agresiones".

También advierten que "la impunidad en la que quedan la mayoría de sus acciones es un aliciente para repetirlas". "Si ofenden con sus pintadas y no pasa nada, lo siguiente es el ataque directo a quienes son objeto de su odio", lamentan, e insisten en que "el racismo y la xenofobia están en auge, y la sociedad valenciana no es una excepción".

Aunque "oficialmente, las cifras no son muy llamativas --en 2017 hubo en la Comunitat 38 casos de discriminación, según el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, y 87 incidentes vinculados con delitos de odio, según el Movimiento contra la Intolerancia--, las entidades son "conscientes de que solo se denuncia un mínimo porcentaje de los casos porque las víctimas tienen miedo a represalias".

Las organizaciones relacionan este comportamiento con las consecuencias "tanto directas del agente discriminador como por parte de la entidad o institución que no les presta un trato en igualdad de condiciones", y también "porque las personas inmigrantes, gitanas y otros grupos vulnerables tienen interiorizados y asimilados como hechos naturales en su vida cotidiana las discriminaciones, incidentes de odio y agresiones xenófobas y racistas".

RESPUESTA AL AQUARIUS

Sin embargo, las plataformas recalcan que "estas manifestaciones de racismo e intolerancia persistentes están siendo reforzadas en los últimos meses, por las acciones de grupos organizados que pretenden normalizar el odio al diferente".

"Frente a la solidaria respuesta de València a las personas refugiadas llegadas en el Aquarius en junio, España 2000 puso en marcha una campaña de rechazo a la acogida: al día siguiente de que unos pocos ultraderechistas se concentraran en el puerto aparecieron folletos en los que se acusaba a comerciantes paquistanís de financiar atentados y se facilitaba la dirección de sus tiendas", denuncian.

También "activistas del grupo neofascista francés Generation Identitaire se desplazaron a València para realizar una acción a la llegada del Aquarius, aunque fueron interceptados por la Policía en las inmediaciones del puerto cuando intentaban acceder a la zona de recepción del barco".

PIDEN REFORZAR LAS ESTRATEGIAS

Ante este tipo de casos, las plataformas reafirman su apuesta "por la convivencia, la comunicación y la relación positiva entre las personas con diferentes valores culturales que conformamos la sociedad valenciana".

Para ello, exigen a las administraciones local, autonómica y estatal un incremento de las medidas de prevención, el esclarecimiento de las agresiones para evitar que se repitan y el impulso de campañas que muestren la realidad de los grupos vulnerables, así como trabajar en estrategias con los cuerpos policiales.

Bajo este prisma, llaman a que las políticas "hagan comprender a toda la ciudadanía que la principal amenaza al Estado de derecho, la democracia, la convivencia, la cohesión y la paz social no son, como cada vez cree más gente, los inmigrantes, las minorías étnicas y otros grupos de población, sino el racismo y la xenofobia".