Las obras del canal de acceso ferroviario de València son unas de las más importantes para la capital valenciana. Eliminar la actual playa de vías supondrá un hito que, no obstante, no será nada sencillo de completar debido a la complejidad del proyecto. Entre otras cosas, hay una gran cantidad de agua a pocos metros de profundidad, lo que supondrá un desafío para los ingenieros.
La escasa profundidad de la primera capa del acuífero de València complicará más si cabe las obras del túnel ferroviario. Los estudios previos a la licitación de las obras del túnel, que se construirá a 23,5 metros de profundidad, recogen la presencia del nivel freático a una profundidad de entre 5 y 9 metros. Cabe recordar que el canal de acceso ferroviario tiene unos 1.200 metros de longitud y permitirá eliminar el cinturón de vías desde el bulevar sur hasta el puente de Giorgeta.
En un principio, el túnel ferroviario se iba a situar a una profundidad de 39 metros, aunque finalmente la cimentación de los muros del túnel del tren estará a 23, 5 metros. Dada la gran profundidad a la que se tiene que excavar, el agua aflorará en cuanto se empiece con estas obras, por lo que las constructoras e ingenierías deben contar con ello.
En València, el récord de profundidad lo ostenta hasta ahora la Estación de la Plaza del Mercat, considerada la más profunda de la ciudad y construida en pleno corazón del centro histórico a 32 metros (longitud equivalente a un edificio de diez plantas).
De vuelta con el proyecto, la presencia de esta cantidad de agua ha obligado a compartimentar la construcción del túnel en diez recintos o tramos, Según recoge el proyecto de Adif, estos tramos son de 100 metros de largo por 50 de ancho, para poder bombear el agua del nivel freático tramo a tramo, garantizar la estanqueidad y construir con garantías la cimentación de los muros pantalla, evitando posibles filtraciones en un futuro. Además, para achicar el agua se construirán al menos seis pozos de bombeo a ambos lados del canal de acceso mientras se desarrollan las obras.
Esta complejidad no es algo nuevo para una ciudad como València, muy cerca del mar. En barrios como Natzaret el agua aflora a los 2,6 metros mientras en la avenida del Puerto las máquinas se topan con el freático a 3,17 metros. Por ello, el Ayuntamiento lleva a cabo cada mes mediciones de la profundidad del nivel freático, un dato fundamental en la construcción de túneles, aparcamientos y otras infraestructuras subterráneas.
Otras de las cuestiones a tener en cuenta para garantizar la seguridad en el túnel es la necesidad de garantizar el flujo del agua subterránea de los acuíferos de València. Debido a que se prevé su interrupción durante las obras, el proyecto constructivo del túnel prevé la construcción de pozos y sifones para extraer el agua y volver a inyectarla en el acuífero para evitar así oscilaciones del mismo que puedan comprometer la estanqueidad del túnel.