El vicealcalde de València y presidente de la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (EMTRE), Sergi Campillo, ha presentado la campaña de fomento del reciclaje “Reciclatge i disseny circular” junto con la Capitalidad Mundial del Diseño 2022 para concienciar a la ciudadanía sobre la gestión de los residuos.
Uno de los objetivos de este proyecto es claro: saber qué producto va a cada contenedor, ya que 6 de cada 10 personas que reciclan no aciertan con el color del contenedor. Aunque ya han pasado años desde que la ciudadanía tuvo concienciación para reciclar, aún existen dudas sobre lo que debe depositarse en los contenedores de reciclaje amarillo, verde, azul, gris, marrón o, morado, una de las grandes novedades que han llegado a València.
El contenedor amarillo es uno de los que más duda genera, a pesar de llevar 20 años en funcionamiento en España. En este contenedor, debemos depositar botellas y envases de plástico, envases metálicos y briks, papel de aluminio, film, aerosoles, cajas de frutas y verduras y bandejas de corcho. Sin embargo, no deben depositarse juguetes de plástico, biberones, utensilios de cocina y cubos de plástico, monederos, bolígrafos, sacapuntas, mecheros, materiales de plástico de cuadros o fotografías, envases de los medicamentos o neceseres.
El azul suele ser uno de los más fáciles de distinguir, ya que está destinado al papel y cartón exclusivamente. Aún así, todavía hay dudas si, productos como el brik, se pueden tirar a este contenedor: la respuesta es no, ya que están compuestos por cartón, plástico y aluminio. Además, las servilletas o papeles sucios deben ir a los desechos orgánicos, ya que muchos pueden contener restos de aceite y puede imposibilitar el tratamiento del material.
En el caso del contenedor verde, lleva 30 años en funcionamiento reciclándose vidrio. Sin embargo, hay que diferenciar el vidrio del cristal, ya que mucha gente deposita en este contenedor bombillas, espejos, ceniceros, vasos y vajillas.
El contenedor marrón, uno de los más nuevos, se utiliza para depositar los restos orgánicos de pieles de frutas, espinas de pescado, servilletas usadas… Aunque no hay que tirar aquí los restos de cerámica, pañales, colillas, chicles, toallitas húmedas, pelo o polvo.
Los restos de residuos que no se reciclan, pero tampoco pueden usarse, se tiran en el contenedor gris, es decir, el contenedor de los restos: todos los elementos que no puedan tirarse en el orgánico, deben depositarse aquí.
Y, una de las novedades que trae València, es el contenedor morado, también llamado puntos limpios. En esencia, se trata de tirar aquí todo aquello que no pueda tirarse en contenedores convencionales. Los puntos limpios sólo admiten residuos generados por particulares y no de origen industrial: pilas, electrodomésticos, aceites, muebles y productos químicos entre otros.
Gracias a este nuevo proyecto, bajo el lema “Cada cosa al seu lloc i un lloc per a cada cosa”, se pretende mejorar la educación medioambiental de la ciudadanía valenciana para reducir los residuos que terminan en un contenedor equivocado.