Valencia, conocida por su extensa red de carriles bici y el creciente uso de vehículos de movilidad personal (VMP) como patinetes eléctricos y bicicletas, experimentará cambios significativos en su reglamentación de tráfico. Y es que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en audiencia e información pública una propuesta de modificación del Reglamento General de Circulación que introduce nuevas normativas para los usuarios y usuarias de estos vehículos en toda España. Estas medidas buscan aumentar la seguridad vial, especialmente para los denominados "usuarios vulnerables de la vía".
Por primera vez, la normativa define a los usuarios vulnerables como aquellos que, debido al medio de desplazamiento que utilizan o a las características físicas del grupo de edad al que pertenecen, tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones en caso de accidente. Este grupo incluye a peatones, ciclistas, motoristas, ciclomotoristas y usuarios de VMP. Según el documento, "son quienes por razón del medio de desplazamiento que utilizan o por las características físicas del grupo de edad al que pertenecen tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones en caso de accidente de tráfico o de que éstas sean de mayor gravedad".
Casco obligatorio
Entre las propuestas más destacadas, se incluye la extensión del uso obligatorio del casco para todos los usuarios de patinetes eléctricos. Además, en situaciones de baja visibilidad o durante la noche, estos deberán portar elementos luminosos o retrorreflectantes que permitan ser vistos desde una distancia mínima de 150 metros. Esta medida pretende reducir los accidentes en condiciones de poca luz y mejorar la seguridad de los usuarios de patinetes.
Otra modificación significativa es la obligación de llevar chaleco reflectante de alta visibilidad en vías urbanas para conductores de motocicletas, ciclomotores, bicicletas y otros VMP que realicen actividades profesionales con estos vehículos. Esta medida está diseñada para aumentar la visibilidad de los conductores y reducir el riesgo de accidentes en entornos urbanos concurridos.
La normativa también reconoce a las personas con movilidad reducida que utilizan VMP como peatones, otorgándoles los mismos derechos y protecciones.
Finalmente, se establecerá la edad mínima de 16 años para utilizar y circular con VMP en vías urbanas. Esta medida pretende garantizar que los usuarios de estos vehículos tengan una edad y madurez suficiente para comprender y respetar las normas de tráfico.
Cambios en el uso de bicicletas
Las bicicletas también están en el centro de estas propuestas. Se establece que, por regla general, las bicicletas deberán circular por la calzada, preferentemente por el centro del carril, a menos que existan carriles específicos para bicicletas. Esta medida tiene como objetivo integrar a los ciclistas de manera más segura en el tráfico vehicular.
Para proteger a los ciclistas, los vehículos a motor deberán mantener una distancia de seguridad mínima de 5 metros con respecto a las bicicletas que les preceden. Esta distancia adicional busca reducir el riesgo de colisiones por alcance.
Además, se permitiría a los ciclistas rebasar a los vehículos a motor tanto por la derecha como por la izquierda para alcanzar la zona de espera adelantada, lo que facilitaría su movilidad en entornos urbanos congestionados. En calles de un único carril con una limitación de velocidad de 30 km/h o inferior, se permitiría a los ciclistas circular en sentido contrario al tráfico motorizado, una práctica ya común en varios países europeos.
Finalmente, se modificarán las obligaciones de uso de casco de protección para ciclistas. Se eliminarán las exenciones actuales para la circulación en vías interurbanas, manteniéndose solo para ciclistas profesionales o en competición. Asimismo, se requerirá el uso de casco de protección para aquellos que desarrollen su actividad profesional en bicicleta durante su jornada laboral.
Valencia, con su extensa red de carriles bici y la popularidad de los VMP, se verá significativamente afectada por estas nuevas normativas. Las propuestas buscan mejorar la seguridad de todos los usuarios de la vía, especialmente los más vulnerables, en una ciudad que se ha adaptado las nuevas formas de movilidad. Con la audiencia e información pública en curso, la DGT espera recibir comentarios y ajustes antes de la implementación final de estas medidas, que marcarán un nuevo capítulo en la regulación del tráfico urbano.