Valencia

La nueva ordenanza contra la contaminación acústica genera dudas en la hostelería de València

El portavoz de los hosteleros, Vicente Pizcueta, afirma que defienden “las medidas contra la contaminación acústica”, pero que les preocupa la seguridad jurídica de las terrazas

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Un camarero atendiendo en una terraza

El Pleno del Ayuntamiento de València aprobó ayer la nueva Ordenanza Municipal de Protección Contra la Contaminación Acústica con la abstención de los grupos de la oposición. Entre otras cosas, el texto incluye la prohibición de abrir bares a menos de 30 metros uno de otro y pubs a menos de 65. Sin embargo, para la hostelería de la capital valenciana esta medida no es motivo de preocupación, puesto que las dudas se generan en torno a las terrazas.

Ante esto, el portavoz de la Coordinadora de Hostelería de Barrios de València, Vicente Pizcueta, afirma que desde la plataforma defienden las medidas contra la contaminación acústica “que llevábamos 20 años reclamando”. No obstante, traslada su preocupación respecto a la inseguridad jurídica que sufren las terrazas con esta nueva ordenanza que se someterá, durante un mes, a información pública.

Sin conocer el detalle del borrador lo que más preocupa al sector es la situación de las terrazas y los nuevos criterios que parece implantar a la hora de denunciar las supuestas molestias que puedan provocar. En este contexto, para la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia esta ordenanza no puede establecer atajos para incrementar la presión sobre las terrazas y debe garantizar la definición de criterios objetivos y medidas técnicas rigurosas para evaluar el impacto ambiental de cualquier actividad económica o social.

Según argumenta Pizcueta, la hostelería “no se siente en el ojo del huracán de este problema”, pero no puede “haber un ruido de primera y otro de segunda”, explica a raíz de que desde el Ayuntamiento se achaca a las terrazas como uno de los principales focos de ruido en la calle. Por ello, lo que se alegará desde la plataforma será una mayor seguridad jurica y que “no por cualquier queja se genere un expediente a la hostelería”.

“En la ciudad, la hostelería es el quinto factor que provoca ruido. Hay otros factores como los problemas de convivencia en edificios o las fiestas en pisos que provocan más ruido que las terrazas. Por tanto, la cuestión radica en cómo ponderamos los distintos focos de ruido en la ciudad. Hay que tomar medidas contra la contaminación acústica, y en eso estamos con los vecinos”, explica el representante de los hosteleros.

En este sentido, para la Coordinadora "urge hacer un análisis riguroso" sobre los diferentes focos de contaminación acústica que existen en la ciudad, tanto en horario diurno y nocturno que permita "superar la permanente estigmatización de la actividad de la hostelería". Al respecto, inciden en que las pymes hosteleras y del ocio "no pueden estar en el centro de un debate que no le corresponde, porque la actividad económica no puede ser nunca la principal causa del ruido en la ciudad, ya que, más bien, es una de las principales víctimas de un problema mal resuelto por las administraciones y, particularmente, en la ciudad de Valencia".

En este sentido, remarcan que la ordenanza debería abordar la superación del modelo de la ZAS y establecer otros criterios de actuación para luchar contra el ruido protegiendo la actividad económica y los puestos de trabajo tan necesarios en estos momentos.

Dado que el Ayuntamiento de València ha dado un mes para presentar alegaciones, desde la plataforma hostelera pidieron “hace semanas” una reunión con el delegado de Contaminación Acústica. Su portavoz asegura que el diálogo siempre ha sido estrecho y que “tenemos buenas esperanzas” en que el resultado de las conversaciones sea positivo.

Por su parte, el concejal de Calidad Acústica y del Aire, Giuseppe Grezzi, reitera que "Valencia necesitaba ya la actualización del ordenanza de 2008 para poder recoger las modificaciones legislativas de rango superior que entraron en vigor casi inmediatamente después de su aprobación"."El nuevo texto, que destaca para ser un documento de consenso, por fin atiende a los vecinos y vecinas que desde hace tiempos reclaman una ciudad con una mayor calidad de vida, con entornos saludables que garanticen su derecho al descanso".

El representante de Compromís se mostró ayer abierto a dialogar y consensuar esta ordenanza que incluye un título propio para los instrumentos de control (Mapa del ruido, planes de acción, medidas urbanísticas y gestión de los zas), otro título propio para el ruido interior de las edificaciones, y otro para el ruido en dominio público.

Además, un total de seis artículos y un anexo regularán los toques de campana, con el fin de poder preservar este Espacio Sonoro de Importancia Cultural y cubrir el vacío legal que tenía el anterior ordenanza. Por otro lado, la nueva regulación potencia y refuerza la labor que ejerce la Policía Local en la vigilancia, control, mediación y resolución de molestias por contaminación acústica derivadas de la convivencia ciudadana.