Vuelven las Perseidas, también conocidas como lágrimas de San Lorenzo. Y es que, como cada mes de agosto, llega la lluvia de estrellas más esperada del verano. Así, aunque las Perseidas se pueden ver del 17 de julio al 24 de agosto, lo cierto es que hay días en los que se hacen mucho más visibles. De esta manera, de acuerdo con el Observatorio Astronómico Nacional, este 2024, los mejores días para ver las Perseidas serán las noches del 12 y 13 de agosto.
Las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo, aunque las percibimos como estrellas fugaces, son partículas de polvo del tamaño aproximado de un grano de arena que deja el cometa Swift-Tuttle en su órbita alrededor del sol. El efecto luminoso se produce cuando estas partículas atraviesan la atmósfera terrestre y se volatilizan. Y es que lo hacen a unos 210.000 kilómetros por hora.
¿Dónde ver las Perseidas en Valencia?
Para disfrutar de este auténtico espectáculo en Valencia, el mejor sitio es aquel alejado de las luces de la ciudad, ya que será en la oscuridad cuando se puedan apreciar mejor las Perseidas. Así, uno de los mejores lugares podrían ser las playas de Valencia, más concretamente las que se encuentran al sur de la ciudad, como la playa de El Saler o en el Parque Natural de la Albufera.
Además, otra de las opciones podría ser el parque natural de la Sierra Calderona, ubicado entre las provincias de Valencia y Castellón. Cabe destacar que, en este espacio, se encuentra el camping Sierra Calderona, situado a los pies de esta cadena montañosa y a unos kilómetros de la Sierra Espadán. Una oportunidad perfecta para disfrutar de esta lluvia de estrellas en un ambiente relajado.
Se calcula que se podrán llegar a ver hasta 100 Perseidas por hora en lugares alejados de la ciudad y oscuros, siempre y cuando las condiciones meteorológicas sean las idóneas. Además, habrá que tener en cuenta el brillo de la luna, ya que podría reducir considerablemente el número real de Perseidas visibles.
El registro más antiguo que se tiene de la actividad de las Perseidas es del año 36 d. C., de los anales históricos chinos donde se cita un pico de meteoros en esas fechas. Pero no fue hasta 1835 cuando el astrónomo belga Adolphe Quetelet muestra que se produce una lluvia de meteoros, de forma cíclica en agosto, con su radiante en Perseo.