Las ciudades afrontan esta década un nuevo reto para minimizar las posibles consecuencias negativas que conllevan una llegada de turistas cada vez mayor que no se limita únicamente a los meses de temporada alta, sino que se mantiene de manera permanente a lo largo del año. Se trata de unos desafíos que ya se están abordando desde los servicios turísticos y la administración local valenciana para evitar un turismo masivo y desproporcionado que entre en conflicto con el ecosistema local y residente.
Uno de los primeros pasos para conseguir este objetivo fue la creación del Plan Estratégico de Turismo de València 2024-2028. Un documento, confeccionado por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento junto con la Fundació Visit Valencia, que servirá como hoja de ruta para guiar las acciones en materia de turismo durante los próximos cuatro años. El principal objetivo de este plan es impulsar un crecimiento turístico sano y, además, reforzar el modelo de València como una ciudad para vivir, invertir y disfrutar.
Precisamente, la estrategia que se sigue en la ciudad de València es trabajar para seguir aumentando la recepción de visitantes a través de un crecimiento turístico “sostenible y sostenido”, destacó la concejala del área, Paula Llobet. Una sostenibilidad que, justamente, es el primer fundamento de este plan de gestión turística y en la que ya se trabaja para alcanzar un turismo respetuoso con la ciudad y con el medio ambiente.
Desarrollar eventos y actividades durante todo el año en pro de la desestacionalización y no limitar la llegada de turistas a los meses de verano; el fomento de los atractivos turísticos que tienen los barrios; o una tecnología de sensores para crear mapas de calor y saber qué puntos de la ciudad están más congestionadas son algunas de las iniciativas que ya se están implantando.
València, reconocido por una revista británica como uno de los destinos más sostenibles
De hecho, la puesta en marcha o el resultado de estas acciones ya ha sido reconocido a nivel internacional y han hecho que València haya entrado en la lista ‘The Travel Green List 2024’ que cada año elabora la revista británica Wanderlust y donde se incluyen más de mil urbes de todo el mundo.
Entre las razones de este reconocimiento, se encuentran las iniciativas que se llevan a cabo para que València sea una ciudad más accesible y amigable para las personas como la peatonalización de espacios; también la construcción de nuevos carriles bici en los últimos años o el plan para finalizar el Jardín del Turia a través del futuro parque de Desembocadura.
La hostelería se une al Pacto Verde València
Aunque son el Ayuntamiento de València junto con la Fundación Visit Valencia los dos grandes promotores de cambiar el modelo turístico, lo cierto es que la sostenibilidad como meta es difícilmente alcanzable sin el resto de sectores económicos de la ciudad. Es por ello que el pasado mes de mayo 80 establecimientos del ámbito turístico y hostelero se adhirieron al Pacto Verde València, una alianza por la Capitalidad Verde y por un turismo sostenible y de calidad”, declaró la alcaldesa María José Catalá durante la entrega de distinciones.
Durante el acto, los establecimientos adheridos recibieron el distintivo “V” València Verde como símbolo de su compromiso con la Capitalidad Europea y han asumido el compromiso de llevar a cabo un buen uso de la energía y el agua, así como reducir las emisiones contaminantes, el uso de plástico y el desperdicio de alimentos; divulgar las rutas verdes y todas las iniciativas dentro del año de la Capitalidad; y apostar por los productos de proximidad.
El fin de los megacruceros en València
Un turismo sostenible implica a su vez una nueva forma de movilidad más respetuosa con el medio ambiente. Por esta razón, desde el Ayuntamiento de València se busca limitar la llegada de cruceros de grandes dimensiones al puerto debido a la gran cantidad de contaminantes que emiten estos medios de transporte que, al mismo tiempo, promueven un turismo de masas.
Así lo explicó la alcaldesa a finales de mayo durante el encuentro ‘Somos +’ del diario Las Provincias. "En el año 2026 los megacruceros, las ciudades flotantes, dejarán de venir a València", expuso. En esa línea, Catalá apuntó que “las ciudades flotantes son malas”, por lo que avanzó que de cara al 2026 se limitará la posibilidad de que estas lleguen al puerto de la ciudad.
Aún así, la primera edil subrayó que estas restricciones al tráfico de cruceristas afectarán a los buques de grandes dimensiones y capacidad de pasajeros, por lo que, tal y como ha comentado, "los cruceros más reducidos, de otro tipo de perfil que evidentemente generan una riqueza en la ciudad, se mantendrán".