Hace ya unos años, la Asociación de Vecinos de Benimaclet impulsó uno de los proyectos más verdes y sostenibles para el barrio. Y es después de un gran trabajo y esfuerzo por parte de la asociación, que se prolongó en el tiempo debido a la titularidad del terreno, finalmente, pudieron sacar adelante los huertos urbanos. Un pulmón para este barrio valenciano, que ha recuperado no sólo el trabajo agrícola, sino también la esencia de nuestra tierra.
Este terreno, que estaba destinado, en un principio, a albergar un parque público, se abandonó durante más de quince años por parte del anterior Gobierno valenciano. Sin embargo, y gracias a la constancia de esta asociación vecinal, se ha podido recuperar para destinarlo a una práctica que potencia el consumo de productos de la huerta valenciana y que, además, contribuye a la mejora del medio ambiente.
El año pasado, el Ayuntamiento de Valencia se sumó a esta iniciativa, y elaboró una ordenanza con el objetivo de regular la gestión y los usos de los huertos urbanos municipales. Se trataba de la primera normativa que se hacía al respecto en nuestra ciudad, con el objetivo de ceder la gestión a los ciudadanos, mientras se impulsaba una alternativa de ocio mucho más saludable.
Actualmente, los huertos urbanos de Benimaclet y La Torre son los únicos de la ciudad que no dependen del Ayuntamiento, aunque bien es cierto que existen listas de espera de vecinos que también quieren unirse a este gran proyecto. Por su parte, desde el Consistorio, además de gestionar los huertos de Malilla y San Marcelino, también se prevé crear más espacios verdes como éstos en Patraix para contribuir a la sostenibilidad de Valencia.