Valencia

“Los artistas falleros deambulan sin aire como los zombies de The Walking Dead”

El gremi d’artistes fallers i la pirotècnia lluiten per mantindre’s drets mentre la pandèmia continua colpejant fortament al sector

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El Coronavirus explotó en València en unas fechas pletóricas para la ciudad. Nada más y nada menos a unos días de que la ciudad del Turia viviera sus días grandes: Las Fallas de València. Como si de un masclet se tratara, el Covid-19 llegó y estalló convulsionando el panorama internacional, y como consecuencia, rompiendo la ilusión del mundo fallero de que se celebrasen las fiestas. La crisis económica provocada por el Coronavirus no se hizo esperar y golpeó fuerte al entorno de las fiestas josefinas: pirotecnia, artistas falleros, tiendas de petardos, etc. se vieron con los monumentos amontonados y las carcasas en stock. Muchos de los negocios se han visto obligados a cerrar, otras se mantienen bajo mínimo y otras… Siguen en activo pese a no ser rentables. Han pasado casi seis meses desde que se suspendieran las Fallas 2020, ¿cuál es la situación de la industria fallera en este momento? Joaquín Esteve es el secretario general del Gremio de Artistas Falleros y ha contado a València Extra cómo se encuentra el sector.

"La declaración del estado de alarma, la suspensión de las Fallas y el confinamiento ha afectado de muchas formas al gremio fallero: por un lado, anímicamente porque no sabemos nada a día a de hoy y muchos de los compañeros están con depresión. La sensación de parón es muy dura, estar confinados, tener una nueva fecha y de nuevo la desilusión de cancelarla, la incertidumbre… Está afectando de forma muy negativa en el estado emocional de los artistas falleros", afirma duramente Joaquín Esteve. Y es que los del gremio se encuentran en una situación muy complicada, pues, por un lado, tienen los talleres abarrotados de ninots que no se han plantado cubiertos de plásticos, y por otro, están comenzando a firmar contratos para las Fallas del 2022, pero, ¿se podrán celebrar?, ¿qué hacer ante tanta incertidumbre?

Hace cuatro años que se declararó a las Fallas de València Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, no obstante, esta concesión no es permanente. Esta se mantiene siempre y cuando las condiciones de las fiestas se mantengan en las mismas condiciones. Desde el Gremio de Artistas Falleros llevan varios años reclamando que la Ciudad del Artista Fallero se está convirtiendo en un polígono. La situación precaria del sector obliga a que se pierda la tradición y por lo tanto, cuando los locales se ponen en venta, solo llegan ofertas de otro tipo de actividades empresariales. La Ciudad del Artista Fallero tiene un gran valor emocional para los falleros por su tradición y por su valor artístico, pues en este barrio se encuentra un museo y varias cosas de interés turístico. Los artistas denuncian que sin un comisariado que vele por los valores de la fiesta en todos los aspectos, finalmente, el valor se devaluará con el tiempo.

El año del 2021 parece ya estar salvado. "En València la ventaja que hemos tenido para cerrar el ejercicio ha sido la subvención que ha aportado el Ayuntamiento. Con esto, las Fallas tienen más presupuesto para gastar en el siguiente monumento. Es decir, las fallas del 2022 serán más grandes pero, con eso, no se salvan dos años", explica el secretario general. Los talleres, de esta forma, están viviendo una situación muy difícil, pues, "la mayoría de los trabajadores están en el paro o de ERTE", ya que la plantilla de artistas en cada taller se ha "reducido bajo mínimos". "Nos gustaría volver a contar con todo el equipo de los trabajadores, pero, hoy por hoy, es imposible. De hecho, dudo mucho que se pueda hacer antes de enero de 2021", dice pensativo Esteve.

Además de los monumentos falleros, los artistas se dedican durante el resto del año a otras actividades: decoración de parques de atracciones, festivales, espectáculos… Y precisamente, son sectores que están desplomados. Los parques de atracciones permanecen abiertos, aunque la gente tiene miedo de ir y contagiarse, y los festivales, han desaparecido. ¿Cómo mantener el negocio? "No nos gustaría vivir de subvenciones pero somos un sector que debido al valor turístico, emocional y artístico que tiene, debería cuidarse", explica. Esta situación tan dramática deja a los artistas "sin aire". Joaquín Esteve lo explica comparándose con los zombies que, como en The Walking Dead, solo siguen en pie para buscar comida, "seguimos deambulando porque no nos queda otro remedio que andar, porque no hay nada vivo".

En cuanto a las Fallas 2021 no es que el futuro tampoco sea muy alentador, pues, "si no se celebran de forma normal habrá un problema, y es que el fallero llevará pagando dos años para lucirse, vestirse, y divertirse y no habrá recibido nada a cambio. Por lo tanto, se borrará. Por mucho que se firmen contratos para el 2022 por un valor, si la mitad de la comisión se borra, el presupuesto no se ajustará y al final, las subvenciones, se acabarán", apunta el secretario. Por no hablar del que pasará si "al quitar los plásticos, la pintura se quita. Los muñecos serán inservibles".

Una situación difícil también para las pirotecnias

La crisis económica provocada por la pandemia del Coronavirus no solo afecta a los artistas falleros, si no también a las bandas de música, a las pirotecnias y a las tiendas de petardos. No solo porque las Fallas se hayan cancelado, si no porque se dedican a fiestas populares, patronales y celebraciones que no se están celebrando tampoco. Algunos espectáculos de fuegos artificiales sí se están disparando, como el primer día de las fiestas grandes de Mislata (también suspendidas) o las que se han disparado en Gandía, pero los ingresos son mínimos.

Por otro lado, las tiendas de petardos también están viviendo una situación extrema: "Pirotecnia Gori es una tienda de pirotecnia que debería estar abierta todo el año. Sin embargo, desde que se declarase el estado de alarma, no hemos podido abrir. Lo intentamos en el proceso de desescalada, pero fue inviable porque no hay demanda" explican desde la tienda. Además, la temporada la dan por perdida, pues empieza en marzo con las Fallas (que no se celebraron) y ya empalman con Semana Santa, comuniones, bautizos, y en verano, las fiestas de los pueblos. De cara a septiembre se acaba con las bodas y, visto lo visto "no podremos recuperar nada de este año".

También las fábricas de pólvora están cerradas. Desde Pirotecnia Gori nos explican que "no tienen espacio en los almacenes porque no se ha vendido nada este año. Las fábricas no pueden producir nada porque no tienen almacenamiento". La falta de ayudas a este sector económico ha hecho que la situación sea insostenible: "no hemos recibido ninguna ayuda ni subvención".

"El futuro lo vemos muy mal porque con el aumento de rebrotes estamos volviendo a las andadas y hasta que no se estabilice, no podremos salir adelante. ¿Para qué se van a celebrar las Fallas 2021 si no se van a disparar mascletàs, ni van a haber verbenas, ni se va a poder juntar la comisión? Si se llega a una adaptación de las Fallas, hay que recordar que sin pirotecnia, no hay Fallas", sentencian desde Gori, la tienda de petardos en Mislata.