Las novedades que harán de la plaza de la Reina un espacio "del Siglo XXI", como señaló el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, van desde el subsuelo hasta por encima de las cabezas de los futuros peatones. Ya está cerrado el proyecto definitivo de la transformación de esta plaza, en el corazón del Cap i Casal, con un plazo de 12 meses; en cuanto se cierren los pliegos -en las próximas semanas- y se estudien las ofertas presentadas, empezará a correr la cuenta atrás. Si no hay imprevistos, a principios de 2021 habrá en la Plaza de la Reina una nueva unión entre historia, tecnología y espacio ciudadano.
Protagonismo sostenible desde abajo
La plaza, que actualmente funciona como una especie de gran glorieta y de zona de acceso al parking, se transformará en una "plataforma única" -sin diferencia de altura entre carriles y aceras- que llegará desde la calle de la Pau. Si bien la principal reforma 'visible' es en esta parte superior, convirtiendo el espacio en una zona peatonal -con un carril perimetral de carga-descarga y para uso de residentes-, bajo el suelo también habrá grandes cambios.El parking situado en el subsuelo de la plaza data de 1970, es decir, está a punto de cumplir medio siglo. Según señaló el concejal, su 'edad', unido a las características de las construcciones de la época -boom inmobiliario del tardofranquismo-, hacen necesaria una "gran rehabilitación". Una reforma que no solo cambiará la entrada del parking a un lateral, por la calle de la Pau, sino que adaptará el espacio con medidas sostenibles.
El renovado aparcamiento tendrá un total de 224 plazas para vehículos ligeros, 98 en el primer sótano y 126 en el segundo, además de 52 para motocicletas. Sin embargo, también tiene cabida otro tipo de transporte; habrá aparcabicis subterráneos -además de los externos en la Plaza-, para tener aún más protección, y puntos de recarga para vehículos eléctricos en ambas plantas. Habrá, también, la 'caja de luces' para eventos muy habituales en la Plaza; desde el parking se controlará la distribución de corriente a tomas de la parte superior, por la parte más cercana a la catedral. Enchufes integrados en el mismo suelo de "alta calidad" que permitirán conectarse a mercadillos, como el de la Escuraeta, sin tener que llevar generadores externos ni aparatos.
Entorno "saludable"
Una de las demandas que salió del proceso participativo era crear un espacio de "convivencia" y "saludable" en el que coexistan terrazas, peatones y ocio. Parte de esa 'salubridad' vendrá con el nuevo arbolado, arbustos y plantas aromáticas; las espirales actuales de entrada al parking se transformarán en un pequeño bosque urbano. Pero hay otra novedad que marca esta salubridad; los contenedores dejarán de formar parte de la paisajística.Tras la remodelación de la plaza, la larga columna de contenedores ubicada en la parte izquierda de la plaza pasará a estar bajo tierra. Así, estos estarán ocultos bajo el granito, y se abrirán solo cuando el camión de la basura, por el carril auxiliar, pase a recogerlos.
Agua
El agua también tendrá su protagonismo en la nueva plaza. Habrá dos fuentes -una más que en la actualidad- para que cualquiera pueda hidratarse. Sin embargo, también 'habrá' agua que llegue desde arriba.Unos toldos, situados a distintas alturas, ofrecerán un juego de luces y sombras para protegerse de la radiación solar. Desde ellos, además, habrá un aliado contra el calor; unos difusores de agua para refrescar el ambiente en verano. Se unirá al efecto 'nevera' que generan los árboles y plantas, como absorbentes naturales del calor. También habrá dos baños públicos en la plaza, otra de las demandas del proceso participativo, y una serie de bancos "adaptados" y de "bancos jardinera".
Una acumulación de cambios que, según Grezzi, marcará "un antes y un después en la historia de la ciudad y de España", por su simbolismo como "recuperación de la ciudad" para hacer de ella un "lugar amable y que la gente disfrute".