Desde ayer las Fallas serán eternas. La undécima asamblea de la UNESCO, celebrada en Addis Abeda (capital de Etiopía) decidió ayer incluir las fiestas josefinas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Esto supone el final de un camino que comenzó allá por 2011 y se une a otras fiestas valencianas que sí estaban ya protegidas como el Misteri d'Elx desde el año 2001, el Tribunal de las Aguas de Valencia (2009) o las Fiestas de la Mare de Déu de la Salut de Algemesí (2011).
Las Fallas ya eran mundialmente conocidas y muchos eran los turistas que del 14 al 19 de marzo se acercaban a la capital del Turia con el objetivo de disfrutar y, en algunos casos, entender una fiesta en la que se trabaja todo el año para que los monumentos acaben reducidos a cenizas. Con el objetivo de apoyar la candidatura desde el pasado viernes se instaló una hashtag gigante #FallesUNESCO en la plaza del Ayuntamiento para que todo el mundo pudiera fotografiarse y subirlo a las redes con el fin de promocionar lo que desde ayer ya es una realidad. Los falleros y no falleros se dieron cita ayer en las Torres de Serrano para plantar una falla conmemorativa que se quemará el próximo domingo como culminación a los actos festivos programados por la consecución de la distinción.
El título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad supone para el colectivo fallero una responsabilidad muy grande pues los criterios con los que se ha concedido tal distinción deben permanecer en el tiempo. El hecho de que las Fallas sean compatibles con los derechos humanos, sea una fiesta caracterizada por la apertura a cualquier grupo social, de cualquier edad, profesión y clase, además de que permite a las mujeres una representación y participación en la planificación y la realización cada vez mayor hacen que el pleno de la UNESCO haya aprobado finalmente un sueño que comenzó a forjarse en 2011 pero que fue el pasado mes de octubre cuando casi se podía rozar con los dedos pues la secretaría de la UNESCO incorporó las Fallas de Valencia en la lista representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad al cumplir los criterios anteriormente nombrados que establece el organismo.
Tras haber conseguido el merecido reconocimiento, las Fallas no verán aumentado considerablemente ni el número de visitas turísticas ni los ingresos pues las fiestas josefinas ya eran el atractivo del inicio de la primavera. Sin embargo, sí suponen un salto en la calidad pues las instituciones deberán cuidar y mimar su fiesta más arraigada. Nada más conocerse la noticia, las redes sociales pegaban fuego al respecto. Entre ellos, el concejal de Cultura Festiva de Valencia, Pere Fuset, comentaba en su twitter "Encara amb llàgrimes als ulls..des d'Etiòpia L'enhorabona valencianes i valencians. Falleres i fallers! #SomPatrimoni #fallesUNESCO". Además, Fuset declaró que este reconocimiento supone "una responsabilidad y un estímulo para buscar la excelencia de la fiesta y la mejora constante".