La Consellería de Educacion publicó hace unas semanas la última memoria anual de la convivencia escolar, que registra una media de tres casos de acoso al día en las escuelas, en total un 13% de todos los incidentes que se registran en centros públicos y concertados de la Comunitat. De cualquier modo, los datos solo recuentan los casos registrados y comunicados oficialmente, por lo que los datos reales podrían ser muy superiores. Todo esto, teniendo en cuenta el despliegue de políticas educativas y normativas que actualmente están enfocadas a la prevención y resolución de los conflictos.
En esta última memoria se presentan los datos del Registro Central de Incidencias, correspondientes al curso 2016-2017. Todavía habrá que esperar un año para ver los casos más recientes, sin embargo, es muy significativo para observar la evolución y las tendencias de los casos. Esta publicación fue creada por el departamento autonómico con la intención de centralizar todos los incidentes y tener una visión global de los incidentes, para poder prevenir los casos y orientar a las víctimas de manera más efectiva.
Crece la violencia verbal y el cyberbullying
Un 25% de jóvenes españoles reconoce haber padecido cyberbullying, pero solo el 10% de los padres lo sabían
La más frecuente en las incidencias registradas sigue sido la violencia de tipo verbal, con el 64% de los casos, seguida por la violencia física y, mucho menos frecuente, la exclusión social y la violencia sexual. Los casos, asimismo, se dividen en tres niveles de gravedad, leve, grave y muy grave, para llevar a cabo diferentes acciones al respecto.
No es sorprendente, que el acoso que más terreno ha ganado en comparación al curso anterior analizado, es el ciberacoso o "cyberbullying", que ha pasado de un 7% (durante el curso 15-16) a un 16%. Junto a este, también ha crecido en un punto las incidencias relacionadas con las nuevas tecnologías, TIC, y los insultos y amenazas entre el alumnado, del 16 al 23%. La estadística distingue los casos de acoso a través de Internet, con un total de 655 incidentes en el curso; y los de presunto acoso, con una cifra de 532.
Con las nuevas tecnologías, incluso fuera de las aulas y del horario escolar, el acoso no descansa, y el mal uso de Internet, los móviles y las redes sociales es la principal preocupación de los centros educativos. Sin embargo, en muchas ocasiones no se le da en estos casos la importancia que merece, además de ser la incidencia menos visible, por lo que es fundamental el control parental en los más jóvenes, y educarles para que sean capaces de actuar ante esta clase de problemas. Las estadísticas muestran que un 25% de jóvenes españoles han reconocido padecer cyberbullying, pero solo un 10% de los padres han sido conscientes de ello. Las redes sociales e Internet pueden ser herramientas extraordinarias para nuestro día a día, pero también se pueden convertir en una pesadilla cuando ni siquiera en casa los jóvenes pueden escapar del acoso de sus compañeros.
Talleres y protocolos de prevención
Durante el curso finalizado en 2017, se llevaron a cabo 960 talleres impartidos en centros educativos de Castellón, València y Alicante a partir de su petición. La mayoría de estos fueron sobre los riesgos de Internet (el 36%) y el acoso (30%). También se dan cursos impartidos por la Guardia Civil y la Policía local, con menos frecuencia, sobre consumo de estupefacientes, violencia de género y discriminación sexual, así como actuaciones de bandas violentas, racismo e intolerancia.Este curso la tendencia ha crecido y se impartirán cerca de 2000 charlas en los centros, en los que la mayoría siguen siendo sobre los riesgos de las nuevas tecnologías y la prevención del acoso escolar y violencia de género, según los datos de la Delegación del Gobierno en noviembre de 2018. Con esto, no solamente se persigue concienciar al alumnado, los receptores de las charlas, sino también poder dar herramientas al profesorado y otros profesionales no docentes para actuar y mediar a tiempo en estos casos.
También se han puesto en marcha una serie de protocolos para la convivencia, con medidas concretas y diagramas de flujo para poder resolver los conflictos en caso de alumnos recién llegados, para casos de peleas o maltrato infantil, violencia de género o para garantizar el derecho a la identidad y expresión de género en el alumnado.
El bullying es más frecuente de lo que pensamos y, para los jóvenes que lo padecen, puede acabar produciendo trastornos mentales a corto o largo plazo, como depresión, esquizofrenia, cuadros de ansiedad o suicidio, como apunta el especialista en salud mental Celso Arango, catedrático de Psiquiatría en la Universidad Computense y jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón.
Las acciones de prevención y atención a las víctimas deben continuar, hasta conseguir dar la vuelta a las estadísticas y que cada año menos jóvenes sean perjudicados.