A raíz de la emergencia sanitaria actual, la solidaridad ha trascendido los hogares y se ha extendido puerta a puerta en las comunidades vecinales y, especialmente, en los barrios de València. Benimaclet y Patraix son algunas de las zonas en las que el tejido social se ha puesto a disposición de las personas con más necesidades durante la crisis del coronavirus. Las muestras de ayuda van desde notas en los ascensores para ofrecerse a hacer la compra a quien lo necesite hasta atención psicológica por parte de profesionales.
Cuidem Benimaclet y la Asamblea Feminista de Benimaclet son algunos de los colectivos de organización horizontal que trabajan por poner la vida y los cuidados en el centro de la lucha y de la sociedad, como explica Aitor, de Cuidem Benimaclet. Ante la crisis sanitaria, las redes colaborativas del barrio se han estrechado para conformar una Xarxa de Suport Mutu que da a cada vecino o vecina la oportunidad de aportar su granito de arena.
La labor principal de esta herramienta de carácter social consiste en hacer partícipes a todas las personas del barrio. Según explica Aitor, personas voluntarias se encargan de repartir, en los comercios que permanecen abiertos, hojas informativas —que también están disponibles en las redes sociales— con recomendaciones para que cada vivienda pueda adaptarlas a sus necesidades y la red funcione de la forma más autónoma posible.
Algunas de las recomendaciones de la Xarxa de Suport Mutu son comprar en las tiendas del barrio, hacer deporte en casa o tener conversaciones más allá de la problemática actual. A nivel individual, la gente se ofrece a hacer la compra, bajar a tirar la basura o pasear al perro a personas mayores o con patologías previas, que pertenecen a la población de riesgo. Con estas iniciativas ciudadanas toma forma el objetivo fundamental de la red de apoyo: hacer del apoyo mutuo una realidad que cohesione el barrio y consolide un tejido a nivel social en un momento en el que cuesta acceder a las personas a causa del aislamiento, tal y como apunta Aitor.
«La gente está haciéndoselo suyo y la solidaridad se está moviendo», afirma el integrante de Cuidem Benimaclet. Además, explica que reciben numerosas muestras de agradecimiento, tanto por redes sociales como en las asistencias que realizan. La Xarxa de Suport Mutu está trabajando conjuntamente con los servicios sociales del barrio debido a la situación de extrema necesidad de recursos. Trabajan, sobre todo, la empatía, y ofrecen asistencia psicológica o acompañamiento telefónico a personas que viven solas y carecen del sustento de un entorno familiar. «El apoyo mutuo entre colectivos y gente del barrio son los lazos que buscamos», señala Aitor. La Xarxa de Suport Mutu está funcionando también en otros barrios como El Cabanyal o La Saïdia.
Aitor, de Cuidem Benimaclet: «El apoyo mutuo entre colectivos y gente del barrio son los lazos que buscamos»En Patraix, la Associació Veïnal también adapta su trabajo de atención a las necesidades del barrio —y de los barrios de València en general— a la excepcionalidad de la emergencia sanitaria actual. Según explica el presidente de la asociación, Toni Pla, la entidad concentra sus esfuerzos en trasladar a los vecinos y las vecinas que están en sus domicilios toda la información necesaria de la Administración Pública. «Estamos en contacto con colectivos sociales del barrio, detectamos emergencias sociales y difundimos nuestros teléfonos y correo en las puertas de los locales y en las redes sociales para que cualquier vecino o vecina pueda hacer cualquier tipo de comunicación o demanda», especifica el presidente.
Desde la Associació Veïnal de Patraix, hacen un llamamiento a todas las asociaciones de vecinos y vecinas de València para participar en el aislamiento en los domicilios, la solidaridad ciudadana y las iniciativas que están apareciendo en los diferentes barrios. Las salidas a los balcones, la elaboración de mascarillas caseras o la canalización de recursos e información son algunas de las acciones que se están llevando a cabo entre patios y puertas de los barrios.
Toni Pla insiste en que, en un momento de confinamiento y de tanto riesgo, la ayuda debe ser así, de puerta a puerta. «Quienes mejor pueden conocer las necesidades del vecindario son sus miembros», argumenta. Como presidente de la Associació Veïnal de Patraix, explica que su responsabilidad ahora es colaborar en términos de comunicación, información y ayuda telemática para proteger la integridad de las personas. Respecto a todas las propuestas de intervención más presencial, Pla menciona la importancia de recogerlas para poder articularlas cuando se reduzca el peligro de contagio y sea necesario contagiarse de solidaridad frente a la soledad y la falta de recursos o vínculos con el entorno tras la cuarentena.
Toni Pla, presidente de la Associació Veïnal de Patraix: «Quienes mejor pueden conocer las necesidades del vecindario son sus miembros»Esta solidaridad puerta a puerta se está haciendo patente en muchas viviendas valencianas. Gente joven que deja notas en los ascensores de su finca para prestarse a ayudar a aquellas personas que lo necesiten, población de riesgo que muestra su agradecimiento con notas, libros y dulces, vecinos y vecinas que ofrecen su contacto al resto del vecindario para ofrecer su ayuda... No cabe duda de que el apoyo mutuo es ya una realidad en esta crisis sanitaria y social.