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La Fundación Juegaterapia, que ayuda a los niños enfermos de cáncer a través del juego, ha inaugurado su tercer ‘Jardín de mi Hospi’ en la azotea del Hospital La Fe de Valencia. Un espacio de 1.200 metros cuadrados lleno de color, zonas de juego y de descanso, que permitirá a todos los menores ingresados olvidarse, durante un rato, de sus largos tratamientos, y que vuelvan a disfrutar de su infancia.
Al acto de presentación ha asistido Carmelina Pla, Directora General y Régimen Económico de la Conselleria de Salud Pública, Mónica Almiñana, Gerente del Departamento de Salud de La Fe, Mónica Esteban, Presidenta de Juegaterapia, Santiago Cañizares, exjugador del Valencia C.F., y los arquitectos del estudio RICA*, encargados de realizar este proyecto, de manera solidaria. Un proyecto que busca humanizar los hospitales, y que ha sido posible gracias a la colaboración de empresas y particulares que han aportado su granito de arena para que la inauguración de este jardín en La Fe sea hoy posible.
En este sentido, la presidenta de Juegaterapia ha explicado que ‘hacer posible este jardín es un logro muy importante para la fundación. Hace ocho años conocí a Aarón, un pequeño enfermo de cáncer a quien le llevé la primera consola que tenía en casa sin usar. Él estuvo ingresado mucho tiempo. En aquel entonces, no podían salir de sus habitaciones, y de los espacios destinados a los pacientes oncológicos. Así que hoy, con la apertura de este jardín, cumplimos un sueño con este maravilloso espacio, ya que permitirá a los menores hospitalizados disponer de una zona de recreo’.
Es el tercer ‘Jardín de mi Hospi’ que inaugura Juegaterapia, y el primero en la ciudad de Valencia. Un jardín muy especial decorado con unas grandes medusas, hechas con cuerdas de colores, que se mueven con el viento, y que permitirá a los niños mirar al cielo. Además, esta nueva zona está dividida en diferentes espacios: un gran anfiteatro para disfrutar de espectáculos y conciertos; una zona ajardinada, que sirve de conexión entre los dos recintos, y donde los menores tienen su parking de motos y ‘Kiciclos’; y un segundo espacio de juego con columpios, mesa de ping pong, porterías de fútbol, canastas de baloncesto, toboganes, balancines, y mucho más. El acto ha terminado con un árbol muy especial, hecho con globos, en el que los más pequeños han podido escribir sus deseos.