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El barrio del Cabanyal se encuentra en plena regeneración. Después de dejar atrás la amenaza de la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, propuesta por el anterior equipo de gobierno, y que suponía la destrucción de este antiguo pueblo marinero, el barrio del Cabanyal ha iniciado una nueva etapa en la que se invierte en la reurbanización de las calles, la rehabilitación de edificios públicos y privados, así como en actuaciones para mejorar la movilidad sostenible potenciando la conexión entre el mar y la ciudad.
“La zona cero, donde en el pasado se quería destruir y especular, hoy es símbolo de esperanza y futuro, gracias a un vecindario que nunca dejó de luchar por la justicia del barrio. Queda mucho por hacer, pero el camino está iniciado y avanzando”, manifestaba el Alcalde de València, Joan Ribó, tras darse a conocer la noticia del reconocimiento europeo que la estrategia de regeneración urbana del Cabanyal conseguía en los CESBA Neighborhood Awards 2019.
Y es que desde la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de València, encabezada por Vicent Sarrià, se ha tenido claro en qué líneas se quería trabajar para abordar la problemática que sufría este barrio marinero. En este sentido, Sarrià explicaba que se busca “dar una solución integral a todos los problemas desde el punto de vista del planeamiento, la integración social, la viabilidad económica y la regeneración comercial”. Y bien es cierto que desde el Govern de la Nau se han unido esfuerzos para sacar del abandono institucional al Cabanyal.
Prácticamente desde el primer Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1946, la inversión en equipamientos nunca ha llegado a este barrio valenciano, incluso cuando se proyectó el Paseo Marítimo en el PGOU de 1988, el sector Cabanyal-Canyamelar quedó excluido por la falta de decisiones en relación a la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez.
Sin embargo, la auténtica lucha comenzó tras el PEPRI de 2001 del Partido Popular que, con la aprobación de la prolongación de Blasco Ibáñez, se ponía en peligro 1.651 viviendas, así como toda la trama urbanística del Conjunto Histórico Protegido del barrio. Comenzaban 17 años de lucha incansable por conservar todo un patrimonio que forman parte de las señas de identidad del Cabanyal.
Ahora, es momento de mirar al futuro. Sin duda, un futuro esperanzador que llega de la mano de la aprobación del Plan Especial del Cabanyal-Canyamelar (PEC) de 2019 que, como aseguran desde la plataforma Salvem El Cabanyal, “sienta las condiciones imprescindibles para gestionar un buen futuro”.
El PEC es una de las principales apuestas del Govern de la Nau para dar respuesta a un conflicto heredado y sentar las bases a una ordenación definitiva del barrio. Así, entre otras medidas, contempla la recuperación de la transversalidad y permeabilidad del barrio hacia el mar, mediante la creación de un conjunto de senderos verdes; la recuperación de la población, tanto de nuevos habitantes, como de aquellos que se vieron en la obligación de abandonar el barrio, mediante la creación de nuevas viviendas; o la recuperación del patrimonio con la elaboración de un nuevo catálogo en el que, además de incluir los elementos considerados como Bien de Interés Cultural entre los que se encuentran el trazado del barrio o las viviendas tradicionales, se cree un nuevo ámbito como Bien Histórico de Relevancia Local en la zona que fue el origen del barrio.
Asimismo, este Plan Especial para el barrio también tiene en cuenta las peticiones vecinales en cuanto a la reducción de alturas en las unidades de ejecución de Doctor Lluch y Bloques Portuarios, o en la reducción de apartamentos turísticos en primera línea de playa, entre otras.