El Ayuntamiento de València ha presentado los presupuestos municipales para 2022, que llegarán en los próximos días al pleno para ser debatidos y aprobados provisionalmente en sesión ordinaria. Se trata de las cuentas más altas de la historia, más de 1.000 millones de euros, que contribuirán a “la recuperación económica y social de la ciudad en una realidad de postpandemia”, y que, además, consolidarán “las grandes políticas públicas del ayuntamiento”, ha señalado el alcalde de la ciudad, Joan Ribó.
De esta manera, València se prepara para empezar a llevar a cabo, el próximo año, diferentes actuaciones que mejorarán la calidad de vida de los vecinos y vecinas como la construcción de un espacio propio para la Unidad Gama de la Policía Local; el nuevo parque Gulliver; la ejecución de los centros cívicos de Malilla y Torrefiel; la peatonalización del entorno del mercado de Torrefiel; la urbanización de la plaza Músico Antonio Eixemeno en la Malva-rosa; o, por ejemplo, la construcción de un campo de fútbol en Torrefiel o la adecuación de la Nave 4 Ribes del Parque Central, entre otros muchos.
Sin embargo, como ha señalado el concejal de Hacienda, Borja Sanjuán, también comenzarán a caminar actuaciones de recuperación de espacio público, como el bulevar cultural o la transformación de importantes avenidas como Ausiàs March o Pérez Galdós. Así, respecto al primer proyecto, surgido de los presupuestos participativos DecidimVLC, el objetivo es crear un recorrido que conecte con relevantes dotaciones y equipamientos culturales de la ciudad, como el IVAM, la Beneficencia, el Colegio del arte mayor de la seda, el MuVIM; monumentos como las torres de Quart, la ermita de Santa Lucía, el conjunto del antiguo hospital, la iglesia de San Agustín, la estación del Norte y la plaza de Toros.
Además, también se conectarán las zonas verdes del jardín del Turia, jardines de Guillem de Castro, el jardín de Hospital y el de San Agustín, las zonas educativas como Universidad Católica, CEIP Cervantes, IES Lluís Vives y Biblioteca General y espacios de espectáculos y deportes como el Trinquete Pelayo y el Teatro Micalet. En total, una actuación que abarcará 55.500 m² que permitirá la recuperación de 18.000 m² para peatones.
Respecto a la reurbanización de las avenidas Pérez Galdós y Giorgeta, el objetivo es garantizar la separación entre los flujos peatonales y los ciclistas y mejorar la movilidad en la zona. De esta manera, se prevé la ampliación de aceras hasta los cuatro metros en, prácticamente, toda la avenida eliminando, así, un carril de circulación por sentido. Asimismo, se crearán dos pequeños espacios de estancia en las avenidas – que carecen en la actualidad de zonas de descanso – así como un carril bici unidireccional – uno en cada lado de la avenida –, que compartirá espacio con EMT-Taxi.
En cuanto a la delimitación de espacios, se realizará mediante bordillos que separen las nuevas zonas peatonales del resto, manteniendo el acceso a los garajes y ampliando las paradas para autobuses de la EMT, ya que la idea es seguir generando paradas dobles de la EMT que permitan la parada de dos autobuses sin que tengan que estar esperando en cola.
Finalmente, las nuevas zonas peatonales quedarán coloreadas según los criterios definidos en la "Guía de diseño para la transformación sostenible del espacio público de València", aprobada en 2020, con lo que esta actuación se convierte en una de las primeras experiencias de aplicación de la guía. No obstante, cabe recordar que se trata de una recuperación provisional del espacio mientras se desarrolla el proyecto definitivo de transformación de las avenidas.
Por último, en relación al proyecto bautizado como ‘Gran Vía Ausiàs March’, cuya redacción se está preparando para la futura licitación, supondría la reducción de los carriles de circulación a seis. Y es que, en caso de aprobarse esta iniciativa que surgió de los presupuestos participativos, la avenida Ausiàs March se transformaría en un bulevar con zonas verdes, peatonales y de juegos que eliminarían el efecto barrera entre barrios.
València, climáticamente neutra en 2030
Y a todas estas inversiones hay que sumar las actuaciones que se llevarán a cabo gracias a los fondos Next Generation. El alcalde Joan Ribó ha puesto de relieve los 60 millones de euros correspondientes a estos fondos europeos, y los proyectos que ahora mismo están en marcha en el marco de estas subvenciones europeas. Así, un total de 53 millones de euros se gastarán hasta 2025 para impulsar la estrategia de València como una ciudad climáticamente neutra. Esto incluye la actuación de una zona de bajas emisiones, nuevos carriles bici, las supermanzanas de Orriols y la Petxina, la compra de autobuses eléctricos, las nuevas marquesinas de la EMT, la mejora de la accesibilidad de las paradas de la EMT y la reurbanización de calles y avenidas, como la avenida Malva-rosa, la calle Isabel la Católica y la plaza del Mercado de Russafa.
A esto se tienen que añadir 4 millones de euros a gastar en 2022 para promover mercados sostenibles (reforma de los mercados de Algirós, Jerusalem o Torrefiel); la instalación de placas solares en los mercados de Russafa, Algirós, Benicalap y Jesús; la implantación de cargadores de coches eléctricos en todos los mercados, y la reforma del entorno del Mercado del Grau. También se destinarán 3 millones de euros el próximo año para las zonas comerciales turísticas para la digitalización del comercio, cursos de idiomas a profesionales del comercio, fibra óptica y el alumbrado del centro.