Fuego, pólvora y emoción: así se originaron las Fallas de Valencia

Descubre cómo una tradición local evolucionó hasta convertirse en la emblemática fiesta que ilumina Valencia cada marzo

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Falla Na Jordana 2024 (Xisco Navarro)
Falla Na Jordana 2024 (Xisco Navarro)

Cada año, Valencia se llena de luz, pólvora y emoción con la llegada de las Fallas, una festividad que combina arte, sátira y tradición en un espectáculo sin igual. Lo que hoy conocemos como una celebración internacionalmente reconocida tiene sus raíces en antiguas costumbres de los valencianos. No obstante, esta fiesta ha evolucionado de forma espectacular, convirtiéndose en un evento multitudinario que mezcla cultura, historia y pasión. La transformación y el impacto actual de las Fallas las llevaron a ser declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2016. Pero, ¿cuáles son sus orígenes y cómo han ido cambiando con el paso de los años?

Origen de las Fallas de Valencia

Existen diversas teorías sobre el origen de las Fallas. Una de las más aceptadas vincula esta festividad con los carpinteros valencianos, quienes en la víspera de la festividad de su patrón, San José (19 de marzo), quemaban trastos viejos frente a sus talleres para simbolizar el fin del invierno y la llegada de una nueva temporada de trabajo.

Entre los restos de madera, solían colocar un palo con un candil llamado "estayo parot", lo que, con el tiempo, evolucionó hacia la incorporación de figuras humanas vestidas con ropas viejas. Así nacieron los primeros "ninots", dando forma a las Fallas como las conocemos hoy en día. Con el paso del tiempo, los vecinos empezaron a decorar estos muñecos y a dotarlos de expresiones satíricas, convirtiendo las Fallas en un medio de crítica social y política.

Falla Sueca-Literato Azorín 2024 (Xisco Navarro)
Falla Sueca-Literato Azorín 2024 (Xisco Navarro)

Transformación de las Fallas a lo largo del tiempo

Durante el siglo XIX, las Fallas evolucionaron de simples hogueras a elaborados monumentos de madera con figuras satíricas y escenas costumbristas. Con la creciente popularidad de la festividad, en 1851 las autoridades empezaron a regular su contenido debido a su alto grado de crítica social y política. Entre 1868 y 1870, incluso se impuso censura para limitar los mensajes que podían incomodar a las élites de la época.

El verdadero cambio llegó en 1901, cuando el Ayuntamiento de Valencia otorgó el primer premio a un monumento fallero, incentivando así la creación de fallas artísticas de mayor calidad. A partir de ese momento, los talleres empezaron a contratar escultores, pintores y carpinteros especializados, lo que se puede considerar el nacimiento de la profesión de "artista fallero".

El auge de las Fallas en el siglo XX

A principios del siglo XX, las Fallas comenzaron a ganar notoriedad más allá de la Comunitat Valenciana. En 1927, Valencia recibió el primer "tren fallero", repleto de turistas provenientes de Madrid, lo que marcó el inicio de la expansión turística de la fiesta y su reconocimiento a nivel nacional.

Algunos hitos importantes que marcaron la evolución de las Fallas son:

  • 1931: Se nombra a la primera Fallera Mayor, un papel representativo que otorga protagonismo a una mujer dentro de la festividad.

  • 1934: Se elige al primer "ninot indultat", la figura salvada de la quema por su valor artístico y sentimental.

  • 1944: Se crea la Junta Central Fallera para regular y coordinar la organización de la fiesta.

  • 1945: Se institucionaliza la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados, un evento que se ha convertido en uno de los actos más emotivos de las Fallas.

Durante la Guerra Civil, las Fallas fueron utilizadas con fines propagandísticos por ambos bandos. Sin embargo, tras la contienda, la festividad recuperó su esplendor y se consolidó como un símbolo de identidad valenciana.

Las Fallas en la actualidad: Patrimonio de la Humanidad

Hoy en día, las Fallas son una de las fiestas más importantes de España y una atracción turística de primer nivel. Con una mezcla de arte, fuego, pólvora y tradición, se celebran con eventos clave como:

  • La "plantà": Instalación de los monumentos falleros, un proceso que puede durar días y requiere una gran coordinación.

  • La "mascletà": Un espectáculo pirotécnico diario que llena la Plaza del Ayuntamiento de ruido y vibración.

  • La "Nit del Foc": El mayor espectáculo de fuegos artificiales, que ilumina el cielo valenciano en la noche previa a la cremà.

  • La "cremà": La quema de los monumentos el 19 de marzo, el acto final y más simbólico de la festividad.

Desde su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2016, la popularidad de las Fallas ha crecido aún más, consolidando su importancia cultural y turística a nivel global.

Cremà en la plaça de l'Ajuntament de València
Cremà en la plaça de l'Ajuntament de València

 

¿Qué ha cambiado con el paso de los años?

1- El tamaño de las Fallas: de pequeñas estructuras a gigantes monumentos

Las Fallas han crecido considerablemente en tamaño y complejidad. En sus inicios, eran pequeñas tarimas con figuras teatrales hechas de cartón y madera. Sin embargo, con el auge del turismo y el interés por la parte artística de la fiesta, los monumentos comenzaron a ganar altura y sofisticación. Hoy en día, algunas fallas alcanzan hasta 30 metros de altura y requieren meses de trabajo para su construcción.

2- Las Fallas Infantiles: tradición y creatividad para los más pequeños

Las fallas infantiles surgieron a finales del siglo XIX, cuando los niños construían sus propios monumentos con cajas de cartón y trastos viejos. Sin embargo, en 1952 se estableció que cada comisión adulta debía tutelar una falla infantil, formalizando así esta tradición. Hoy en día, los niños siguen participando activamente en la fiesta, ya sea construyendo fallas en sus colegios o participando en la recolección de materiales para la cremà.

Falla Infantil Convento Jerusalén 2024 (Xisco Navarro)
Falla Infantil Convento Jerusalén 2024 (Xisco Navarro)
3- Las comisiones falleras y su papel en la fiesta

Las comisiones falleras son agrupaciones de vecinos que organizan la fiesta en cada barrio. Estas agrupaciones comenzaron de manera espontánea, pero a finales del siglo XIX empezaron a estructurarse mejor, nombrando incluso cargos directivos. Actualmente, existen más de 380 comisiones en Valencia, encargadas de gestionar la creación de los monumentos y la organización de los distintos eventos festivos.

4- La Exposición del Ninot: el arte que sobrevive a las llamas

Desde 1934, se celebra la Exposición del Ninot, donde cada comisión fallera presenta una figura que puede ser salvada del fuego por votación popular. Este evento ha cambiado de sede varias veces, pasando por lugares emblemáticos como la Lonja de la Seda o el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. El ninot indultat es una de las tradiciones más queridas de las Fallas, permitiendo que algunas figuras sean preservadas en el Museo Fallero de Valencia.

Ninot Indultat 2023 L'Antiga de Campanar
Ninot Indultat 2023 L'Antiga de Campanar
5- La Crida: El inicio oficial de las Fallas

La Crida, que significa "llamada", es el acto oficial que marca el inicio de las Fallas. Su origen se remonta a 1931, cuando las bandas de música rodeaban Valencia y un pregonero anunciaba el comienzo de la fiesta. En 1954, se trasladó a las Torres de Serranos, convirtiéndose en el evento multitudinario que conocemos hoy en día.

6- La Mascletà: explosión de sonido y pólvora

La mascletà, uno de los eventos más esperados, ha evolucionado a lo largo del tiempo. En los años 20, se disparaban largas tracas que recorrían las calles, con los pirotécnicos asegurando su continuidad. En los años 50, la mascletà adquirió su formato actual, con explosiones controladas que crean un espectáculo de sonido y vibración inigualable.

Mascletà de Falles a València
Mascletà de Falles a València
7- El ritual del fuego: ¿por qué se queman las Fallas?

El fuego ha sido siempre un elemento clave en las Fallas. Se dice que su función es purificar y hacer desaparecer lo negativo, simbolizando un nuevo comienzo con la llegada de la primavera. Este carácter ritual sigue vigente hoy en día, con la cremà como el punto culminante de la fiesta.

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