Ni Audiencia Nacional, ni Tribunal Superior de Justicia, ni Tribunal Supremo, ni juzgado. En l’Horta valenciana, las sentencias sobre el uso de las aguas las dicta cada semana el órgano judicial más antiguo de Europa, en la céntrica Plaza de la Virgen de Valencia. Este es el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia.
¿Cómo funciona?
El Túria riega 17.000 hectáreas de tierra de l’Horta. De él nacen ocho acequias: Quart, Benacher-Faitanar, Mislata, Favara y Rovella, a la derecha, y Tormos, Rascaña y Mestalla, a la izquierda. Cada una de ellas la integran una Comunidad de Regantes, y sus miembros son propietarios del agua de cada acequia.El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia está formado por ocho síndicos, uno elegido por los labradores de cada una de las Comunidades de Regantes. Sus decisiones tienen que ver con los turnos de riego, las obligaciones de limpieza de canales y acequias, los pagos comunitarios, etcétera.
Este tribunal se reúne a las 12 de la mañana todos los jueves, excepto días especiales, en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral. Los denunciados son citados hasta tres veces y, si no acuden, se les condena por rebeldía. Pueden ser juzgados los labradores, los mismos síndicos o incluso personas ajenas a los regantes.
El Guarda expone el caso y, posteriormente, el acusado tiene la oportunidad de defenderse y la capacidad de llamar a testigos. No hay abogados ni documentos escritos, y se lleva a cabo oralmente e íntegramente en lengua valenciana. El Tribunal puede hacer preguntas, y, al finalizar, delibera y termina dictando una sentencia, condenatoria o no. Nunca ha sido necesario el uso de la fuerza en las sesiones del Tribunal.
Una breve historia
El origen es incierto. Es posible que fuera en tiempos de la civilización romana cuando se fundara una institución que resolviera los conflictos de las aguas de València. Lo que sí sabemos es que fueron los árabes los que concretaron las formas de este tribunal. Posteriormente, tras la Reconquista, Jaume I confirmó sus privilegios.Desde entonces, a pesar del paso del tiempo, nada ni nadie han conseguido abolir este órgano que, a día de hoy continúa funcionando. Felipe V abolió los fueros de València, los franceses llegaron a la ciudad durante la Guerra de la Independencia, la Constitución de 1812 intentó eliminar este tribunal, pero no llegó a tiempo.
En la actualidad, está totalmente legitimado y avalado tanto por la Constitución de 1978, el Estatut d’Autonomia de la Comunitat (1982), la Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley de Aguas (1985). Incluso en alguna de ellas se habla del tribunal como un ejemplo:
… de la que es ejemplo el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia.
De esta forma, sus decisiones son de obligado cumplimiento y no es un organismo meramente folklórico o inoperante, como a veces se tiende a pensar. Además, hay que recordar que en 2009, la UNESCO declaró el Tribunal de las Aguas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.