El barrio valenciano de San Marcelino es un barrio con mucha historia. Promovido en el año 1949, y fundado en 1954 por el aquel entonces arzobispo de Valencia, Marcelino Olaechea, con el objetivo de proporcionar viviendas dignas a personas sin hogar, se ha ido convirtiendo con el paso del tiempo, y con el trabajo y esfuerzo de todos los vecinos, en el que barrio que es en la actualidad.
Rodeado, en un primer momento, por huertas, que desaparecieron tanto por el plan Sur, como por el AVE, este barrio ha ido creciendo, y ha cambiado su paisaje por una autopista urbana, conocida como el bulevar sur, y por los solares en torno al túnel del AVE. Unos solares que, desde hace ya unos años, los vecinos llevan esperando que se actúe para mejorar este espacio público.
Y ese momento parece que ya ha llegado. La empresa municipal Aumsa encargó al arquitecto David Estal un estudio de necesidades previo a la reurbanización de San Marcelino. El proyecto presentado por Estal contempla diez medidas para mejorar el barrio.
El estudio previo, promovido por la Concejalía de Desarrollo Urbano, que además incluyó un proceso de participación ciudadana, proponía diferentes medidas, como por ejemplo la creación de aparcamientos perimetrales para despejar las calles o la ampliación de las aceras de las calles San Pío X, Monistrol, Joan de Perpinyà y Doctor Royo.
Pero además, David Estal propone otras necesidades, como por ejemplo:
- La creación de una vía verde urbana al sur de San Marcelino.- La peatonalización parcial o total de lugares emblemáticos del barrio, como la Plaza de San Marcelino.- La transformación en bulevar de la calle Arzobispo Olaechea.- Reducir la velocidad en el barrio a 30 kilómetros por hora.- Conectar el carril bici con la ciudad.
Y como no podía ser de otra manera, una de las propuestas más destacadas es la urbanización de los descampados cercanos a la CV-400, lugar en el que se esperaba la construcción del famoso Parque Sur. Sin embargo, en su lugar, se ha planteado la creación de una pequeña montaña, parecida a la del Parque de Cabacera, que hará la función de mirador. Asimismo, este espacio también contará con una zona de árboles, zonas para perros, una granja escolar, un rocódromo, un laberinto y zonas de juegos infantiles.
Todas estas mejoras para el barrio de San Marcelino tendrán un coste aproximado de seis millones de euros.