Cuenta atrás para que se inicie el soterramiento de las vías ferroviarias que parten en dos la ciudad de València. Este viernes, Adif abrirá los sobres con las ofertas económicas de las empresas que se han presentado a la adjudicación de las obras del canal de acceso ferroviario. Así, se prevé que durante el primer trimestre de 2023 se pueda firmar el contrato para iniciar las obras de manera inminente, siempre y cuando no haya recursos.
De esta manera, València podría ser testigo, en los próximos meses, del arranque de una obra que, sin duda, será el mayor proyecto urbanístico y ferroviario de la ciudad, que acelerará la puesta en marcha del corredor mediterráneo. Está previsto que las obras duren cinco años, reservándose casi para el final la demolición del puente de Giorgeta. No obstante, a medida que avancen las obras, se irá proyectando un nuevo corredor verde que unirá la zona sur de València.
La inversión total de esta actuación tendrá un coste de 550 millones de euros, que estarán financiados por el Estado, la Generalitat y el Ayuntamiento de València. En este sentido, las tres administraciones han incorporado en los presupuestos de 2023 la inversión para esta actuación.
Pero, ¿cómo será la transformación de València tras el soterramiento de las vías del tren? Para empezar, se proyectará el que ya se conoce como bulevar García Lorca, un corredor verde de 49.000 m² que pasará por los barrios de Malilla, la Cruz Cubierta, San Marcelino o San Isidro.
Aunque la urbanización de esta zona estará sujeta a un concurso de ideas, sí que se conocen algunos detalles, como la eliminación del tráfico de la zona apostando por unos accesos en bucle utilizando la calle San Vicente y la carretera de Malilla. Además, se revisará la reurbanización de la calle San Vicente, así como el PAI de Parque Central y San Marcelino.
Por último, desaparecerá el puente de Giorgeta. Como no se puede eliminar el paso motorizado por completo entre la avenida Giorgeta y Peris y Valero, se ha apostado por la proyección de una planta viaria que, en principio, contaría con dos carriles en cada dirección para el tráfico motorizado, y un carril bici unidireccional en cada sentido.