Los metros y tranvías de la FGV comenzarán a circular mañana 17 de mayo a las 13:30 por la nueva Línea 10. Tras más de 10 años de obras, interrupciones y proyectos, la inauguración de la nueva conexión de Metrovalencia ha tenido que esperar un día más por la toma de posesión de las nuevas conselleras y consellers, celebrada esta misma mañana.
Esta línea es una de las más esperadas por los valencianos y valencianas, especialmente por todos aquellos que viven en el barrio de Nazaret o en la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ya que el recorrido conectará este área de València con el centro de la ciudad en tan solo 16 minutos. El ya exconseller de Movilidad, Arcadi España, afirmó que la finalización del proyecto era una asignatura que tenían pendiente, muy necesaria para ponerse al nivel de otras ciudades europeas.
La línea tiene una longitud de 5,32 kilómetros, va desde la calle Alicante hasta el barrio de Nazaret, y cuenta con 3 paradas subterráneas y 5 en superficie, en este orden:
- Alacant (parada subterránea)
- Russafa (parada subterránea)
- Amado Granell-Montolivet (parada subterránea)
- Quatre Carreres (parada en superficie)
- Ciutat Arts i Ciències-Justícia (parada en superficie)
- Oceanogràfic (parada en superficie)
- Moreres (parada en superficie)
- Natzaret (parada en superficie)
El tramo subterráneo mide un total 2,35 kilómetros, mientras que el trazado en superficie recorre 2,97 kilómetros.
Desde esta Línea 10 de Metrovalencia no se podrá realizar ningún transbordo, ya que no hay ninguna línea que superponga su recorrido al de la nueva conexión. Sin embargo, y gracias a su cercanía, se ha construido un túnel peatonal que pone en contacto la estación Alacant con Bailén. Todo apunta a que será en junio cuando empiecen las obras de un nuevo túnel que conecte Alacant con la estación de Xàtiva, desde donde los pasajeros podrán acceder a las líneas 3, 4 y 9.
Una línea que se ha hecho de rogar
La construcción de la Línea 10 comenzó en el año 2007, hace ya 15 años, pero en 2011 se vio interrumpida por los recortes presupuestarios. Las obras se retomaron en 2019 y el proyecto por fin verá la luz dos años más tarde. La inversión total ha sido de 50 millones de euros, de los cuales 30 han sido financiados por la Generalitat, y otros 20 por fondos europeos.