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Cada año, aumentan el número de usuarios que apuestan por la bicicleta como medio de transporte para moverse por la ciudad. Esta práctica sostenible continúa aumentando considerablemente, gracias al ambicioso anillo ciclista que, desde la concejalía de Movilidad del Ayuntamiento de Valencia, se está implantando en nuestra ciudad, como una alternativa más amigable y respetuosa con el medio ambiente.
Sin embargo, el aumento de ciclistas por las calles, y las nuevas señalizaciones, también han generado dudas sobre quién tiene prioridad. De esta manera, y de acuerdo con las normas y recomendaciones de circulación, se prohíbe la circulación de las bicis por la acera, siempre que no exista un carril bici o esté expresamente indicado. Sin embargo, en las zonas peatonales, cuando no exista una señal de prohibición, y exista un paso libre superior a tres metros, los ciclistas sí que podrán circular por estas calles, siempre teniendo en cuenta que la preferencia es del peatón.
Una preferencia del peatón, que también se tendrá que tener en cuenta cuando, en los carriles bicis, aparezca señalizado tanto un paso de peatones, como la señal de ceda el paso. De todo esto, hemos hablado con Fernando Mafe de ‘Valencia en bici’, que nos ha explicado que ‘normalmente, lo que determina el conflicto es la infraestructura. Por eso, si nos encontramos con un carril bici en la acera o zonas peatonales sin señalizar es cuando aparecen los conflictos. En cambio, en los carriles bici que están perfectamente segregados de la calzada, como es el caso del anillo ciclista, no suelen haber problemas porque todos saben lo que tienen que hacer’.
Asimismo, ha añadido que también es una cuestión de ‘falta de sensibilidad por parte de los ciclistas, los peatones y los vehículos. En mi opinión, el más vulnerable es el más pequeño. Por eso, considero que el primer elemento que debemos tener en cuenta es el peatón. No es necesario crear conflictos, sino solucionarlos, y crear un ciclismo cívico, amable y responsable. Y en esto sí que hago un llamamiento a las bicis: No podemos exigir respeto, si no respetamos también’.
Aun así, ha querido dejar claro que ‘los conflictos sólo los provocan una minoría, ya que, normalmente, todos suelen respetarse mutuamente. En el caso de la calzada, y aunque también es una minoría, a veces sí que nos sentimos más presionados cuando te pitan o se te pegan mucho por detrás. Por eso, en las zonas 30 o en los barrios residenciales, en este caso, siempre queda más claro quién tiene la preferencia’.
De acuerdo con las normas de circulación en bici por la ciudad, si no existen espacios habilitados para los ciclistas, deberán circular por la calzada, utilizando el carril más pegado a la acera, y circulando por el centro del carril para mantener su espacio en la vía, y ser respetado. Además, se aconseja ser visible y utilizar luces homologadas por la noche. Finalmente, los ciclistas que circulen por la calzada siempre deberán hacerlo en el mismo sentido que el resto de vehículos.
En cuanto al estacionamiento de las bicis, y en caso de que estén ocupadas todas las plazas habilitadas para ello, se podrán encadenar al mobiliario urbano, excepto en árboles, farolas y elementos pegados a las fachadas, dejando libre un espacio de 1,5 metros para el paso de los peatones.