Los conocidos como ‘Mercats de l’Horta’ vuelven a salir a las calles de València y arrancan la temporada con una nueva campaña de comunicación para difundir esta actividad. Bajo el nombre 'Com del cel a la terra', Per l’Horta —la asociación que impulsa esta iniciativa— ha lanzado una acción publicitaria diseñada por el estudio creativo Granizado. Se trata de una campaña que “reivindica los valores que tienen estos mercados: “producto de calidad y de proximidad, consumo responsable y venta directa con una política de precios justos para los labradores y labradoras valencianas”, indican desde la entidad.
Unas imágenes que se difundirán a través de redes sociales y en las que se observa como si fueran los cajones empleados por los agricultores los cuatro mercados que se instalan en horario de 9 a 14 horas en los barrios de Malilla, Benimaclet y Castellar-l’Oliveral cada sábado; y el del Pla del Remei que se coloca cada martes. “De este modo, se busca conectar emocionalmente con la ciudadanía que todavía no conoce estos puntos de venta y fomentar así hábitos de alimentación saludables y de consumo sostenibles”, añaden desde Per l’Horta.
Así, esta iniciativa inicia su tercera edición, un año y medio después de que esta fuera impulsada por el entonces Gobierno local de Joan Ribó con Alejandro Ramón dirigiendo la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de València. En total, son medio centenar de personas propietarios de terrenos hortícolas los que participan en estos mercados semanales en los barrios donde en cerca de 20 paradas ofrecen sus cosechas a precios justos y sin intermediarios.
Testimonios de agricultores sustentan la campaña
Precisamente, la eliminación de los intermediarios es una de las claves para que los agricultores decidan participar en iniciativas como estos mercados. Así lo explica Elías Dacsa, presidente de la Asociación de Mercats de l’Horta y agricultura de naranja, quien apunta que vender las naranjas a un comercio por 20 céntimos, cuando a él le costaba producirlas 40, fue “el punto de inflexión” que le hizo empezar a participar en estos mercados donde vende el kilo de naranjas en torno a 1 euro.
Es la tercera edición en la que Dacsa participa en estos mercados a los que se apuntó durante la pandemia. "En aquella época de confinamiento, me di cuenta que lo más importante eran los cuidados a la gente, la alimentación y el transporte", explica. Dacsa cuenta con dos paradas, una en Castellar-l’Oliveral los sábados y otra los martes en el Pla del Remei, pero reconoce será el próximo mes cuando reanude su actividad en estas dos ubicaciones porque su cosecha de naranjas sigue madurando en los árboles "para hacerse gordas y con sabor". "Esta es la diferencia entre unos y otros que las agarran ya y las maduran en la cámara", relata el agricultor.
Por su parte, Vicent Grau, labrador de Benifaió que cultiva hortalizas y fruta en la localidad de Alfarp (l’Horta Nord) destaca que además de fomentar los hábitos de consumo más sostenibles entre la población, este tipo de mercados de venta agrícolas también “favorece la mejora de las condiciones laborales de un sector como el agrario donde la precariedad y la ilegalidad predominan”.