Los 4 puntos negros de Valencia en movilidad y cómo se resolverán

Movilidad ha presentado las soluciones que se ejecutarán en 2025 para mejorar los puntos de mayor siniestralidad en Valencia

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Carril Bus - Bici Grans Vies Valencia
Carril Bus - Bici Grans Vies Valencia

Valencia audita, por primera vez, los puntos negros de la ciudad que registran una mayor siniestralidad. El objetivo, como ha explicado el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, no es otro que “detectar los factores que potencian la accidentalidad y dar soluciones para reducir el número y la gravedad de los mismos”. Para ello, se ha llevado a cabo un exhaustivo trabajo de campo en los ámbitos de la plaza de Zaragoza, los tramos de la avenida Cardenal Benlloch-Blasco Ibáñez y Cardenal Benlloch-avenida del Puerto, así como la Gran Vía Fernando el Católico-Ángel Guimerà que han dado los siguientes resultados:

Puntos negros de Valencia y soluciones

Plaza de Zaragoza

En el caso de la plaza de Zaragoza, una de las mayores problemáticas detectadas en esta rotonda semaforizada con carril bici son los trenzados a la hora de salir de la glorieta hacia los ramales, donde se generan colisiones y situaciones de peligrosidad. También se ha detectado una acumulación de vehículos sobre el carril bici en salidas, donde el semáforo queda en ámbar para el tráfico a motor y verde para peatones y ciclistas. 

Para mejorar la situación en este punto, el estudio propone como solución principal señalizar carriles para canalizar los movimientos de los vehículos y lograr un correcto posicionamiento de estos, así como cambios en la regulación semafórica y pequeñas modificaciones de trazado del carril bici para generar zonas de acumulación y mejorar la interferencia con peatones. También se propone mejorar la visibilidad y el firme en algún punto. 

En este punto, de los accidentes con víctimas que se han producido durante el periodo analizado (desde 2012 hasta la actualidad), en el 46% han estado implicados turismos, en un 26% motocicletas y en un 24% usuarios vulnerables (ciclistas, VMP y peatones). 

Cardenal Benlloch - Blasco Ibáñez

En este tramo se acometerá, en 2025, una de las actuaciones más relevantes. De hecho, como ha confirmado el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, “se contemplará en los presupuestos municipales del próximo año”. Se trata del cambio en la configuración de la rotonda que dejará de ser partida para convertirla en una rotonda normal. De manera paralela se proponen cambios en la regulación semafórica; replicar mediante iluminación y bandas de led en calzada el estado de semáforos en el paso de peatones de Clariano; reforzar la señalización del carril bici central; y mejorar de la visibilidad mediante poda de vegetales y recolocación de MUPIS. 

Y es que como se refleja en la auditoría, de los accidentes con víctimas que se han producido en este tramo, en un 49% están implicados turismos, en un 24% motocicletas y en un 20% usuarios vulnerables (ciclistas, VMP y peatones). Actualmente existe un modelo de cruce tipo rotonda partida semaforizada y con carril bici en los dos ejes de la intersección, y las mayores dificultades se generan en los trenzados de salida hacia los ramales y en las altas velocidades de los automóviles. 

Cardenal Benlloch - avenida del Puerto

En el tramo Cardenal Benlloch - avenida del Puerto, de los accidentes con víctimas que se han producido durante el periodo analizado, en un 44% están implicados turismos, en un 29% motocicletas y en un 17% usuarios vulnerables (ciclistas, VMP y peatones). 

En este modelo de intersección en cruz semaforizada donde existe presencia de transporte público y carril bici de diferente tipología en los dos ejes que la intersectan, uno de los mayores problemas son las colisiones entre los vehículos que apuran la marcha cuando el semáforo está en ámbar y los que salen antes de tiempo al ver parpadear el semáforo de los peatones/ciclistas. La propuesta de solución consistiría en este caso evitar la coincidencia de estas fases semafóricas y, también, en colocar viseras en los semáforos de peatones para ocultar la fase semafórica a los vehículos.

Otro conflicto es la ocupación del carril bici por parte de los vehículos que provienen de la avenida del Puerto y van hacia Cardenal Benlloch. Las soluciones pasarían por canalizar el giro con señalización y mejorar la visibilidad del cruce retirando el mobiliario que dificulta ver con antelación a las personas usuarias del carril bici.

El concejal de Movilidad, Jesús Carbonell
El concejal de Movilidad, Jesús Carbonell

También se generan situaciones de peligrosidad en el giro de Eduardo Boscá hacia la avenida del Puerto, por lo que se propone señalizar los carriles y marcar la dirección para evitar los cruces indebidos.

Finalmente, se plantea trasladar la marquesina de la EMT de la avenida del Puerto y aumentar la longitud de parada para mejorar la seguridad peatonal, evitando así bloquear el paso de peatones transversal. Las propuestas incluyen también estrechar los carriles del tramo, para calmar el tráfico y evitar los excesos de velocidad, modificar la señalización vertical para aclarar las direcciones de cada uno de los carriles (buscando un correcto posicionamiento de los vehículos), y generar puntos de almacenamiento de bicis en la infraestructura ciclista. 

Tres opciones para Gran Vía Fernando el Católico - Àngel Guimerà

Uno de los puntos más conflictivos en este ámbito sería el tramo de Àngel Guimerà sito entre Guillem de Castro y la Gran Vía, ya que muchos ciclistas y usuarios de VMP utilizan el carril EMT-Taxi para incorporarse a la Gran Vía. Es un punto donde, además, algunos vehículos realizan maniobras de giro también hacia la Gran Vía desde el carril izquierdo de Àngel Guimerà, y acaban cruzándose con autobuses que realizan su itinerario en recto. 

Para dar solución a esta problemática se plantean tres opciones: prohibir a los vehículos el giro a la derecha por Àngel Guimerà, entre Guillem de Castro y la Gran Vía (a excepción de la EMT y taxis), dado que el giro se puede realizar por las calles de Jesús, Gandía, Mestre Palau, Simón Ortiz y Quart; crear un carril único para todos con avance para bicis para evitar el trenzado; o una ciclocalle junto con el carril EMT-taxi también con avance para bicis. 

En esta intersección se plantea, además, reforzar la señalización horizontal de destino de los carriles para giro, mejorar la visibilidad mediante la poda de setos, calmar el tráfico mediante cinemómetros e instalar controles foto-rojo para comprobar el cumplimiento de la detención de vehículos en los pasos de peatones semaforizados. 

Asimismo, de la auditoría se extrae que, dado que uno de los accesos a una de las estaciones de Metrovalencia más concurridas (Àngel Guimerà) se encuentra en la mediana ajardinada de la Gran Vía, se produce un flujo de peatones grande y constante que genera situaciones de peligrosidad y atropellos. Para solucionar este punto sensible, se propone ejecutar dos nuevos pasos de peatones (uno por sentido) para aliviar la presión del existente, modificando la regulación semafórica. Estos pasos se ubicarían a unos 15 metros del anterior y alineados con la entrada a la boca de metro.
Por último, sobre el carril bici de Fernando el Católico, se traslada la conveniencia de reforzar la señalización ciclista para alertar sobre la presencia de bicicletas y VMP en todo el ancho del carril Bus-bici compartido, en atención a la Guía de recomendaciones para el diseño de infraestructura ciclista del Ministerio de Transportes, y comunicar y dar difusión a los itinerarios ciclistas alternativos ya existentes en el entorno. 

Carriles bici conflictivos

Finalmente, la auditoría ha hecho balance de las ventajas e inconvenientes de la ubicación de los carriles bici cerca de las paradas de autobús y propone, cuando el carril discurre por delante de las marquesinas, reforzar la señalización; mientras que cuando lo haga por detrás de éstas, se plantea mejorar la visibilidad en el acceso peatonal. Asimismo, Carbonell ha avanzado que se pondrá en marcha un proyecto piloto que consistirá en la colocación de semáforos para ciclistas que se activarán ante la presencia de un autobús detenido o en la aproximación a paradas con elevada demanda peatonal.

También se ha observado que se generan conflictos en el momento en que los peatones han de cruzar el carril bici para acceder a los contenedores de residuos. Se plantea, en este caso, alcanzar un espacio de separación viable entre el carril bici y los contenedores, y señalizar pasos de peatones transversales suficientemente seguros.

El concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, ha explicado que se estudiará la efectividad de estas medidas para extrapolarlas a otros puntos de la ciudad con características similares.

Grezzi: “La auditoría tira por tierra la campaña de descrédito contra las políticas de movilidad sostenible”

Por su parte, el exconcejal de Movilidad de Valencia, Giuseppe Grezzi, ha hecho hincapié en que “después de años criminalizando las infraestructuras de movilidad sostenible creadas las dos últimas legislaturas por Compromís, las conclusiones que ha arrojado el análisis externo de los cuatro “puntos negros” de accidentalidad analizados es la misma que desde Compromís venimos advirtiendo desde hace tiempo: que la alta siniestralidad se da fundamentalmente por culpa del tráfico motorizado, especialmente por los infractores de tráfico que se saltan los semáforos, los límites de velocidad o realizan cruces irregulares en las intersecciones. De ahí que las recomendaciones de los expertos sean la instalación de radares (cinemómetros) y ‘foto-rojos’ para sancionar a quien se salta los semáforos en rojo”.

Grezzi, además, ha reconocido el “coraje” del concejal Carbonell por “haber salido a dar la cara con unos datos que tiran por tierra toda la campaña de descrédito de su partido contra las políticas de movilidad sostenible realizadas durante mi gestión. Conclusiones que, al mismo tiempo, también le dicen lo que desde hace meses le venimos reiterando: que por la seguridad de los valencianos debe tomar urgentemente medidas para controlar a los infractores de tráfico”.

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