Russafa y Ciutat Vella: la València que acoge a los turistas y expulsa a sus propios vecinos

L’Eixample, concretament la zona de Russafa, i Ciutat Vella s’han convertit en els barris de moda de València, però el preu a pagar per això és massa alt per als seus veïns, els qui s’estan veient expulsats dels seus barris per un gran nombre de turistes

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"La gentrificación es el proceso de expulsión de los vecinos de un barrio por una masa de personas de otra clase social más alta", explica Octavi Ruiz, miembro de la asociación Entrebarris, una asociación de asociaciones que aglutina todas las plataformas sociales de València que luchan por derechos territoriales y de vivienda. Desde los años 2000 hasta la actualidad, los vecinos de barrios como Ruzafa -situado en el Ensanche- o Ciutat Vella se están viendo sustituidos por unos nuevos habitantes de una clase social más elevada. Esta es una de las consecuencias de haberse convertido en los "barrios de moda" en València, etiquetados así por gran cantidad de medios de comunicación.

LA TURISTIFICACIÓN EN RUZAFA Y CIUTAT VELLA

Si andamos unos cuantos minutos por Ruzafa, observaremos que está repleto de lugares dedicados, específicamente, al turista. En la Calle Sueca, por ejemplo, contamos seis tiendas de alquiler de bicicletas y una inmobiliaria. En la acera de enfrente, vemos dos edificios en obras comprados por un fondo de inversión que construirá, allí mismo, apartamentos vacacionales. Estos fondos, como ocurrió con el caso de Buenos Aires 31, en 2017, lo que hacen es expulsar a los vecinos del barrio para acoger inquilinos eventuales conocidos como turistas, una 'clase social' que da dinero a los comercios de la ciudad y, también, a estos fondos de inversión extranjeros. Y, tras el proceso de gentrificación, se produce la turistificación de los barrios de València.

En Ciutat Vella, por otra parte, los vecinos organizan concentraciones para protestar contra el Plan Especial de Protección (PEP) que el ayuntamiento ha proyectado para su barrio. Los vecinos consideran que este plan, trazado por el concejal de Urbanismo Vicent Sarrià, a quien le sucederá en su cargo Sandra Gómez, es insuficiente para detener el proceso de turistificación que vive el casco antiguo de València y, sobre todo, la zona de Ciutat Vella, el barrio que cuenta con más apartamentos turísticos de toda València.

Lluis Mira, portavoz de la asociación Veïnat en perill d'extinció de Ciutat Vella denuncia que "el aumento desproporcionado de la cantidad de turistas supone un grave prejuicio para la calidad de vida de los vecinos del barrio". Entender el problema es fácil, pero parece ser que solucionarlo es mucho más complejo.

LOS DATOS DE UNA VALÈNCIA SIN VALENCIANOS

Según datos extraídos de las plataformas Data Hippo y València no està en venda, en nuestra ciudad hay, actualmente, alrededor de 11.138 apartamentos turísticos. Solamente en Ciutat Vella i el Ensanche -zona en la que se sitúa Ruzafa- encontramos el 30% de todas estas viviendas. Los dos barrios se posicionan en primer lugar por lo que respecta al número de apartamentos turísticos anunciados en plataformas como Airbnb, Homeaw, Houset o Region.

Sin embargo, los datos anteriores no son oficiales y, además, están sacados de los registros de las propias webs inmobiliarias. Según Rafael Rubio, Coordinador General del Área de Desarrollo Urbano y Vivienda del Ayuntamiento de Valencia, “todavía no existen datos reales sobre los apartamentos turísticos en barrios como Ruzafa o Ciutat Vella”. Rubio atribuye esta falta de datos a la aplicación, en septiembre de 2018, de la Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad de la Generalitat Valenciana, que obliga a llevar a cabo un informe a las plataformas antes de registrar un inmueble como vivienda turística.

A pesar de la falta de datos oficiales, sabemos que la gentrificación en València está siguiendo el mismo camino que en ciudades como Madrid o Barcelona. Según datos de plataformas inmobiliarias, en Ciutat Vella, una de cada diez viviendas del barrio está publicitada en Airbnb, y en Ruzafa, el porcentaje está entre el 7% y el 10%.

Todo esto ha provocado una subida del precio del alquiler en dichos barrios -por ejemplo, el Ensanche, donde se sitúa Ruzafa, se ha convertido en uno de los barrios más caros de España- que se ha extendido a otros. De hecho, en 2017, tuvieron lugar 1.096 deshaucios en toda València, de los cuales un 75% fueron derivados del impago del alquiler. Aunque no existen datos oficiales, estas expulsiones de gran parte del vecindario son invisibles y se están dando con mayor fuerza en los barrios de Ruzafa y Ciutat Vella, que se están vaciando paulatinamente.

RUSSAFA: LA DOBLE VÍCTIMA

El caso del barrio de Russafa destaca por ser víctima de los dos procesos a la par: el de gentrificación y el de turistificación, ambos derivados del crecimiento inmobiliario. A principios de los 2000, Russafa vivió una ola de inmigración que pobló el barrio. Aunque los vecinos se vieron abandonados por el ayuntamiento en un distrito cada vez más conflictivo, volvieron a ver cómo se tejían relaciones sociales entre la comunidad. Sin embargo, tras la crisis, el barrio comenzó a revalorizarse y los residentes empezaron a ser expulsados, hasta llegar a la grave situación actual.

Desde la asociación Russafa Veïnal, se denuncia que el Ayuntamiento de Valencia no ha declarado el barrio de Russafa como una Zona Turísticamente Saturada, sin tener en cuenta las continuas peticiones de los vecinos. En esta línea, el consistorio tampoco ha diseñado un plan de acción en el barrio como sí lo ha hecho en otros distritos como Ciutat Vella o El Cabanyal. Ahora, con Sandra Gómez como nueva concejala de Urbanismo, que ha heredado el problema que Sarriá dejó sin solucionar, esperemos que, al menos, se vuelva a reformular esta problemática, ya que, si esto no se detiene a tiempo,València se convertirá en un parque de atracciones de cartón piedra, pensado solamente para los turistas, donde sus propios vecinos no tengan cabida.

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