¿Se imaginan un túnel subterráneo que discurra por debajo de nuestros pies o por las profundidades marinas para acceder al puerto de València desde el norte de la ciudad? Es lo que estudia la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) para evitar "el impacto" sobre los poblados marítimos de la ciudad que se provocaría si el acceso norte se hiciera en la superficie. Esta posibilidad ya ha sido desechada tras la negativa del Ayuntamiento, para evitar así colapsar el tráfico en la V-21.
El proyecto es una importante reivindicación del sector del transporte y la logística desde hace más de 30 años y su coste oscilaría inicialmente entre los 450 y los 600 millones de euros, según calcula la APV, presidida por Aurelio Martínez. Previsiblemente, la entidad firmará un protocolo con la Dirección General de Carreteras para vislumbrar todas las alternativas posibles.
La posibilidad del corredor submarino, el llamado corredor València-Sagunt, está realmente encima de la mesa y pretende dar servicio a camiones y ferrocarriles de mercancías, e incluso a trenes no tripulados. Sin embargo, el proyecto todavía "no está definido" y según aclaró Aurelio Martínez, la propuesta viene de la Generalitat Valenciana.
Si se firma el mencionado protocolo, a finales de este año el estudio sobre el acceso norte al territorio portuario podría haber finalizado. Posteriormente el Ministerio de Fomento debería aprobarlo teniendo en cuenta también su impacto medioambiental.
Tanto el president de la Generalitat, Ximo Puig, como el alcalde de la capital del Túria, Joan Ribó, han mostrado su predisposición para buscar alternativas al acceso superficial con el objetivo de no romper el paisaje, en palabras del primero; y de evitar la "intolerable" afección a los barrios marítimos, según el segundo. Y en ese sentido, el responsable de la APV asegura que es "impensable y absurdo" plantearse la opción de la superficie, por lo que lamenta la confusión creada entorno a este asunto.