Los cinco millones de habitantes de la Comunitat Valenciana respiraron aire contaminado por ozono durante este verano, con siete picos por encima de los umbrales recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en coincidencia con las olas de calor y la entrada del otoño.
Así lo recoge el 'Informe anual sobre la Contaminación por Ozono' de Ecologistes en Acció, que concluye que toda la población valenciana ha estado en 2019 expuesta a unos niveles insalubres de este contaminante "un año más".
Los repuntes del tráfico, la actividad industrial, la navegación marítima y aérea internacional o la ganadería intensiva están entre las causas de un problema que afecta de manera estructural a la salud y el medio ambiente, agravado por el cambio climático, detalla la organización ecologista en un comunicado.
En concreto, las siete superaciones del umbral se registraron en las estaciones de Cirat, Penyeta (Castellón) y Vilamarxant (Valencia), durante las olas de calor de finales de junio y mediados de julio, y en el inicio del otoño.
Si se considera el valor objetivo establecido por la normativa, "más laxo" que la recomendación de la OMS, la población que respiró en 2019 aire contaminado llega a unas 336.000 personas en las zonas interiores de Cérvol-Els Ports, Júcar-Cabriel y Bética-Serpis. Siete estaciones de estas zonas y de las áreas costera e interior del Turia incumplieron el objetivo legal en el trienio 2017-2019.
A pesar de este nivel de ozono, Ecologistes denuncia que "la Generalitat se limitó a difundir avisos rutinarios a la población" y "sigue sin adoptar medidas eficaces sobre el transporte, la industria y la ganadería intensiva que eviten los episodios puntuales y reduzcan los niveles de fondo".
La organización ha solicitado "reiteradamente" la adopción urgente de los planes de mejora de la calidad de aire obligatorios en la legislación actual. Ante la última petición, el Consell ha respondido indicando que elaborará una estrategia frente al ozono que está en fase de estudio.
NIVELES MÁS ALTOS EN CASTELLÓN
Según el estudio, el ozono troposférico sigue como el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y superficie. En 2019, sus niveles son en general más altos en la provincia de Castellón y más bajos en las de Valencia y Alicante, quizá por la distribución de las temperaturas o los episodios tormentosos estivales.Se trata de un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte --en especial, los vehículos diésel--, las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva.
En este contexto, la organización ecologista advierte que la contaminación generada desde las grandes ciudades y puertos, las autovías y autopistas y áreas industriales como la zona cerámica de Castellón se extiende afectando a zonas más alejadas y rurales en forma de ozono troposférico.
"Debe abordarse como un problema sanitario de primer orden", ya que causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en España, con niños, mayores, embarazadas y enfermos cardiorrespiratorios crónicos como los más afectados, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
VALÈNCIA NO LIMITÓ EL TRÁFICO
En clave local, el estudio recoge que pocas ciudades cuentan con protocolos de actuación frente a los picos de contaminación por ozono: "Mientras las grandes ciudades francesas restringían el tráfico, las españolas se limitaban a informar rutinariamente a la población sensible en el mejor de los casos". En València, por ejemplo, no se contemplaron medidas de limitación del tráfico en episodios como la ola de calor de la última semana de junio.De cara al futuro, Ecologistes apuesta por la disminución del tráfico motorizado, mejores técnicas industriales, la sustitución de disolventes orgánicos por agua, ahorro y eficiencia energética y reducción drástica de la generación eléctrica en centrales térmicas. También ve necesario declarar un área de control de emisiones para el Mediterráneo, penalizar fiscalmente a los vehículos diésel y una moratoria para nuevas grandes explotaciones ganaderas intensivas.
"El riesgo causado por la exposición de este contaminante para la salud de 718.000 valencianos no se puede dilatar más en el tiempo, ya que los precursores del ozono están identificados, reivindica la organización. Su informe analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2019 en 54 estaciones oficiales de medición de ozono repartidas por toda la Comunitat, tomando como referencia el valor recomendado por la OMS.